era evidente que el partido entre el Joventut y el Laboral Kutxa lo iba a ganar el que más corriera. En eso, el Baskonia tenía ventaja ya que hay más talento en sus filas a la hora de jugar a correr. En el primer tiempo, fueron dominadores, pero en el segundo el Joventut pilló a los hombres de Scariolo muy desajustados y con tiros cómodos se fue en el luminoso. Merecido triunfo de la Penya ante un Baskonia que se diluyó en el segundo tiempo. Sin un líder sobre el campo, los vitorianos no supieron frenar la avalancha de buen juego de los hombres de Maldonado, sobre todo desde la línea de 6,75. El Laboral Kutxa carece de un referente del estilo de Perasovic, Splitter, Macijauskas o Scola. Esa responsabilidad cae en la figura del Chapu, pero este después de un mes inactivo, jugando en dos posiciones tanto de tres como de cuatro, se encuentra un poco desubicado en cuanto al modo de liderar a sus compañeros y de dar el mejor rendimiento individual. Si juega de cuatro, está quitando minutos a un interior y, por lo tanto, las rotaciones por dentro se resienten ya que con Nocioni tienen hasta seis hombres. En el planteamiento defensivo del Joventut, uno de los puntos claves estaba en parar a Pleiss. El equipo verdinegro no tiene ningún jugador interior grande que pueda hacerle sombra. Por eso, una de las claves cada vez que recibiera el poste alemán cerca del aro era buscarle el bote para que no pudiera progresar. Tibor tiene un futuro muy bueno, pero todavía posee mucho margen de mejora, sobre todo en la visión de juego. Durante los primeros quince minutos, el Baskonia hizo un juego muy serio. Castigaron al Joventut en tres aspectos fundamentales: en el pick and roll, en el juego de contraataque y en el poste con Nocioni. Shurna sufrió con el Chapu ya que a éste le cuesta defender físico. Además, en defensa estuvieron muy intensos, presionando desde arriba y restando en cada ataque entre 10 y 12 segundos a los hombres de Maldonado. El Joventut tuvo suerte con unos triples bien punteados y defendidos que hicieron que el Laboral Kutxa no aumentara su ventaja más allá de los quince puntos. Ese acierto desde la línea de 6,75 envalentonó al Joventut y con un Shurna espléndido fueron recortando la ventaja hasta los 5 puntos. Al final, el Joventut llegó vivo al descanso y con la moral por las nubes mientras el Baskonia, a pesar de hacer una muy buena primera parte, las sensaciones eran de pesimismo. En el inicio del tercer cuarto, el equipo de Scariolo salió con falta de activación. Puede ser que fuera porque salieron muy justos de nuevo al parqué después de la charla de vestuarios. Debido a la televisión, el descanso en vez de ser de 15 minutos se acortó a 12. Fuera esa la razón u otra, la realidad nos dice que el parcial de 22-2 de los verdinegros en 8 minutos marcó el devenir del encuentro. San Emeterio jugó al San Emeterio bueno, al de los viejos tiempos. Partido a partido, le veo una mejoría ostensible. Hodge no dirigió y se vio que es un anotador. Cada sistema de juego tiene un objetivo y hay que ver dónde se produce la ventaja. Eso es lo que le falta para ser un buen director, es decir lo primordial. Heurtel conecta muy bien con Tibor, pero como a este no le vimos el juego del francés se difuminó. Además, Vives le aguantó bien con su 1,94 de altura en las penetraciones sin ayuda de los pÍvots e incluso se permitió el lujo de ponerle un par de boinas. Scariolo, como durante toda la temporada, defendió en zona tanto en fondos como en bandas. En el caso del Joventut, era algo lógico ya que los verdinegros no son el mejor equipo atacando las zonas. Pero se nota que estuvieron trabajando durante la semana esa opción porque se les vio sueltos y, además, con acierto. Sergio también intentó cosas en defensa, como poner a Nocioni en defensa contra Kirksay cuando estaba jugando de pívot y a San Emeterio contra Shurna, pero tampoco tuvo mucho efecto positivo. Por su parte, Maldonado también cambió cromos viendo estas intenciones del técnico rival y puso a su tres a defender a Mainoldi (que solo juega por fuera) y a Llovet contra el Chapu. El Laboral Kutxa ha vuelto a perder otra oportunidad de acercarse a los puestos de arriba. Ahora que tiene a toda la plantilla en activo, es hora de volver a revisar los roles de cada jugador.
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