si te dicen antes de un partido en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid que vas a anotar 72 como visitante, seguro que muchos entrenadores lo firmarían, ya que la primera impresión es que a poco que defiendas con un poco de rigor, el rival no va a poder anotar muchos más puntos. Lo que nadie se puede esperar es que luego en la realidad,te metan de 33 puntos y se vayan hasta los 105. Eso a día de hoy solo lo pueden hacer equipos como el Madrid. Quiero ver al Madrid pasar por el Buesa Arena para comprobar si la distancia que hay ahora entre estos dos equipos se mantiene o se recorta. Tener que ver a un chaval de 18 años pegarse con Bouroussis, o a San Emeterio haciendo de pivot rocoso intentando parar a Reyes, mientras Hamilton, Mainoldi, Clark o Ragat veían el partido desde el banquillo por estar lesionados, distorsiona el potencial de los vitorianos. Si ya de por sí el actual plantel madridista mejora la versión del año pasado, lo más lógico es que incluso con todos sus efectivos, el Baskonia no pueda superar a este tipo de equipos. Pero no creo que 33 puntos sea la diferencia real, o por lo menos no tendría que serla, porque desvirtuaría mucho las competiciones domésticas. Aunque la puesta en escena del Laboral Kutxa no fue buena, tuvo capacidad de reacción y pagó con la misma moneda al equipo de Laso, realizando transiciones rápidas donde destacó sobremanera la labor de Pleiss con la colaboración de un Nocioni en plan asistente. La salida de Carroll provocó que el partido se rompiera. Jelinek en ningún momento supo seguir a Jayce por detrás de los bloqueos, ( los cortaba y perdía mucha distancia ) y fue capaz de meter cuatro en cuatro ataques consecutivos. Cuando un equipo de este nivel se pone 12 arriba en el marcador en apenas un minuto, la concentración del rival se desquebraja y te hace más vulnerable. A partir de ahí, el equipo dio la cara, no bajó los brazos pero fue un juguete en manos del Madrid. Pablo Laso ha conseguido en el Madrid lo que otros muchos han intentado y no han podido hacer. A poco que le acompañe la suerte en Europa, va a ser un equipo que marque una época dentro del club blanco, como lo fueron en la época de Sabonis y Arlauckas, o en la de Petrovic, o en la de Corbalán. El baloncesto que propone Pablo ha hecho que la gran mayoría de la afición blanca se ponga de acuerdo en que es esto lo que les hace ir al Palacio. No es fácil hacer este tipo de propuestas cuando la gran mayoria que te rodea hace un juego control e intentando destruir el juego del rival. ¡Qué diferencia ver al Madrid o al Barça, por comparar a equipos con presupuestos parecidos! Solo le falta conseguir un título de renombre, como es la Euroliga, para fortalecer y consolidar su proyecto. Y si lo consiguieran seguro que se produce un cambio de tendencia de muchos entrenadores de base a la hora de formar a las jóvenes promesas. Necesitamos formar jugadores inteligentes y que sean capaces de resolver los problemas que se les plantean en los partidos por sí mismos. El ritmo se lleva desde la defensa, no desde el ataque como muchos pueden pensar. Por eso les cuesta tanto a los rivales del Madrid llevar el ritmo de juego, ya que éstos son capaces de sacarte un tiro o hacerte un contraataque en el segundo 7 de posesión.