Hace ya tiempo que la lluvia es una compañera más del viaje. Por eso la última jornada de 2023 discurrió entre tormentas y el arranque de este 2024 no ha querido quedarse atrás. Pero más allá de eso, Mendizabala ya está a pleno pulmón. La familia azkenera no falla, más allá de que para este viernes se espera la gran invasión.
“No está el poste”. Quienes llevan acudiendo desde 2003 al recinto, saben que en el segundo escenario siempre ha habido uno en el medio del personal. Ya es historia. Ha desaparecido y hay incluso quien lo recuerda con cierta nostalgia. Falta, además, ese ir y venir de gente al camping. Este año, las obras que se están haciendo en el entorno lo han hecho imposible. Habrá que ver si se recupera.
Todo ello en un Mendizabala que recupera las bodas de mentira... o de verdad, quién sabe; que mantiene sus autos de choque, que abre un espacio específico para los más pequeños... En el recinto puede pasar de todo. Incluso celebrar un cumpleaños con un año de retraso.
La fiesta del foro
Fue en 2003 cuando el Azkena Rock Festival se trasladó hasta aquí, un año en el que la organización quiso crear una comunidad en Internet a través de un foro que, desde hace ya tiempo, camina al margen del certamen. Así que ahora que se cumple el vigésimo aniversario más uno de aquel hecho, se han organizado algunas actividades para celebrarlo.
Por ejemplo, el concierto que este viernes van a ofrecer Moltisanti y The Freetangas en una de las carpas Trashville. Y parece que se viene también un libro digital sobre ese camino. Por de pronto, hay una comida preparada por todo lo alto el sábado en un establecimiento hotelero cercano al recinto.
Son esas cosas magníficas que ocurren en torno al certamen. Sí, el ARF es música, sin duda. Y también está ese lado de la “experiencia” que tanto se quiere potenciar en los festivales con otro tipo de iniciativas y ofertas. Por supuesto, son importantes las infraestructuras y los servicios que se prestan. Pero si por algo se define este evento es por ese ambiente especial que acompaña a cada edición tanto dentro de Mendizabala como en Vitoria.
Este 2024, de todas formas, parece que va a poner a prueba esa sensación de familiaridad que siempre acompaña a la cita. El viernes se espera una cifra récord de asistencia. De hecho, se lleva días avisando de que la venta de entradas puede cerrarse en cualquier momento. Todo el mundo es bienvenido. La familia azkenera, con todas sus peculiaridades, siempre está con los brazos abiertos.
