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29 de septiembre de 1975: el Festival Internacional de Teatro de Vitoria levanta el telón

El certamen celebra su quincuagésima edición, un aniversario en el que recordar y valorar los inicios

29 de septiembre de 1975: el Festival Internacional de Teatro de Vitoria levanta el telónDNA

En realidad, se debería estar celebrando la quincuagésimo primera edición, pero el certamen no se llevó a cabo en 1978. Por lo menos no se tuvo que suspender en pandemia. Así que el Festival Internacional de Teatro de Vitoria vive en este 2025 un aniversario muy especial. Incluso aunque su actual sede de referencia no esté abierta –de hecho, al Principal le va a costar volver a encontrarse con el público–, no todos los días se tienen en la tarta 50 velas. Poco o nada tiene que ver el certamen hoy con aquella propuesta que se puso en marcha el 29 de septiembre de 1975, una iniciativa que estuvo a punto de no nacer, que vivió unos años previos y unos primeros pasos bastante convulsos, y que fue la puerta de llegada a la capital alavesa de artistas, compañías y espectáculos referenciales.

Para llegar a este hoy, eso sí, hay echar la vista un poco más atrás, a la Vitoria de 1968 en la que apareció el Teatro de Cámara Manuel Iradier, que terminaría derivando en el grupo la Farándula. El objetivo, resumiendo mucho, pasaba por desarrollar dos líneas de trabajo claras en torno al llamado teatro independiente. Por un lado, la realización de montajes propios. Por otro, la programación en Gasteiz de compañías de otros lugares cuyas propuestas eran imposibles de ver en los escenarios comerciales del momento.

Espectáculos de las primeras ediciones

Eso sí, tres eran los obstáculos principales para el desarrollo de ese camino. En primer lugar, el hecho de apostar por un teatro política, estética y artísticamente comprometido con todo lo contrario a lo que suponía la escena comercial predominante y, claro está, la dictadura franquista. En segundo, la falta de recursos económicos, quedando en gran parte supeditado el apoyo monetario a la implicación del Consejo de Cultura de la Diputación. Y en tercer lugar, el hecho de contar con un público minoritario que fue creciendo y, sobre todo, formándose en paralelo.

En los desaparecidos teatros Florida y Guridi transcurrieron las representaciones de la primera edición del certamen

Predominaba, de todas formas, “el afán de abrir la ciudad a la cultura que se hacía en otros ámbitos, inclusive extranjeros”, como dejó escrito Félix G. Petite en el libro conmemorativo que se publicó con motivo del vigésimo quinto aniversario del certamen. “Sin miedos, con mucha ingenuidad a veces, sin planes preconcebidos, varias personas decididas nos lanzamos a darle la vuelta al infierno más temido: el de la mediocridad”, apuntó en esa misma obra Manu Aguilar. Ambos ya no están para poder soplar esas 50 velas, aunque sin ellos y sin Jesús López Quintana, llegar hasta aquí hubiera sido imposible.

Tertulia con el público del reparto de la obra 'Maridos y mujeres'

El inicio

A pesar de que no fue sencillo, en 1975 se dio forma y fondo al primer Festival Internacional de Teatro de Vitoria, que tenía que durar del 29 de septiembre al 5 de octubre, ofreciendo siete representaciones y acogiendo diferentes ponencias así como una proyección de cortometrajes. Y así fue, pero estuvo a punto de no serlo. El 27 de septiembre, la dictadura ejecutó a José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, Juan Paredes (Txiki) y Ángel Otaegi, y la cancelación estuvo sobre la mesa.

Con todo, se tiró hacia delante, aunque una de las compañías previstas –la yugoslava Pozravi– decidió no actuar. La razón oficial fue que dos de sus actores estaban afónicos. La realidad de su decisión hay que buscarla en los mencionados fusilamientos. Con todo, el Florida fue el punto de referencia para el público, más allá de que Els Joglars actuó en el Guridi.

Montaje de La Farándula ofrecido en el festival

Con la buena respuesta del público a esa primera edición presente, en 1976 se mantuvo la idea y se introdujeron algunas novedades. Por ejemplo, fue la primera vez que se organizó una representación para el público infantil. Y se llevaron a cabo representaciones en barrios de Vitoria y en un par de localidades de Álava. Sí, hubo problemas con la censura y los hechos políticos del momento volvieron a incidir en el desarrollo de la programación, pero aún así, el festival salió fortalecido por la creciente implicación de la ciudadanía.

En torno al llamado teatro independiente nació una propuesta que a lo largo de los años ha ido evolucionado y transformándose

En 1977 muchas cosas cambiaron. Del certamen se hizo cargo la Cooperativa Denok, una apuesta por profesionalizar el trabajo artístico en la que confluyeron personas tanto de Álava como de otros territorios. Eso sí, a la iniciativa le costó más de un problema llevar a cabo la tercera edición de la cita, que se terminó celebrando en diciembre, con importantes cambios en el cartel previsto para satisfacer las presiones de diferentes voces de la escena vasca del momento. Entre unas cosas y otras, no se repitió el éxito de las dos ediciones precedentes y la situación tan extraña se remató en 1978, cuando no se hizo el festival y en su lugar se organizó la Muestra de Teatro Vasco, que tampoco acertó. Así que en 1979 se retomó la senda.

Desde entonces

Carlos Gil y Rafa Martín Morante marcaron los primeros años 80, aunque desde 1984, Petite volvió a tomar las riendas de un festival que no abandonaría hasta su jubilación. Desde entonces, es Marta Monfort quien asume la realización de un evento que hoy se alarga casi durante más de dos meses.

Un taller realizado junto a Claudio Tolcachir en el marco del festival

En el Principal, el Florida y el Guridi; en los colegios Samaniego, María Inmaculada y Juan Ramón Jiménez; en los polideportivos Ariznabarra, Mendizorroza, La Blanca y Landazuri; en el Europa, Villa Suso, Montehermoso, Luis de Ajuría, Olaguibel y en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa; en el Matadero Viejo; en los centros cívicos y en diferentes calles y plazas... se ha vivido el festival a lo largo de estos años. 

Un evento que ha visto pasar a grupos y artistas de todo el mundo, un listado imposible de resumir y que se sigue ampliando en este 2025. Ha llovido lo suyo desde aquel 29 de septiembre de 1975, día en el que cuatro actores del Grupo Mediodía representaron Farsantes y figuras de una comedia municipal.