Cuando hace unos años la Asociación de Productores Audiovisuales Independientes de Álava, Apika, insistió en no pocos despachos para conseguir que las instituciones alavesas se implicasen de lleno en el sector, igual no se podía llegar a imaginar las consecuencias que aquella labor está teniendo hoy. “No nos damos el crédito que nos merecemos. Hay una creatividad en Álava impresionante. Pero es que además de talento, hay profesionales, se están creando empresas, se está generando mucho movimiento”, apunta Maite Ruiz de Austri.

Lo último está siendo ofrecer cursos de capacitación profesional para poder abrir más puertas a quienes se quieran dedicar al audiovisual... 

–En Apika estamos inmersos en muchísima actividad, esa es la verdad. Hemos hecho ya, con el patrocinio de Fundación Vital, de producción, de dirección, de maquillaje y peluquería, y de sonido. Cada curso supone mucho trabajo. Pero es que cuando acaba la formación, no termina nuestra labor. Queremos darles visibilidad a quienes vienen. Por eso vamos a crear una especie de directorio de cantera de profesionales en el que pueda estar toda la gente de estos cursos que quiera tener visibilidad para pasárselo a las productoras, a las film office... a todas las entidades o empresas del sector que podamos para que se vea que hay gente disponible y formada. Todo esto es mucho trabajo.

¿Se van a mantener los cursos? 

–La idea, este año, es seguir haciendo un curso por departamento que trabaja en un producto audiovisual. Calculo que serán unos cinco o seis más. No es una iniciativa que haya nacido con la idea de quedarse. Pero lo iremos viendo porque es cierto que se ha apuntado muchísima gente. Podríamos duplicar los cursos. En el último de sonido hubo más de una veintena de solicitudes para ocho plazas. Es que hay interés pero es que además la gente ve una oportunidad de trabajo

"Con una Film Office conjunta de Ayuntamiento de Vitoria y Diputación Foral de Álava se va a poder atender mejor a las producciones que se realicen aquí"

Otra apuesta muy importante de Apika es su laboratorio de asesoramiento a proyectos audiovisuales, algo que sigue creciendo y que tiene ahora abierta una nueva convocatoria. Parece evidente que la asociación acertó de pleno cuando creó la iniciativa. 

–Ahora mismo Apika Audiovisual Project Lab es el laboratorio de referencia en Euskadi y la verdad es que funciona muy bien. Entre la gente del sector tiene muy buena prensa. La gente lo aprecia y lo valora. Cada año estamos intentando que los proyectos que salen lo hagan todavía más arropados.

El trabajo con las instituciones

Una parte importante de la labor de Apika es con las instituciones. Ayuntamiento de Vitoria y Diputación han anunciado la creación de una Film Office conjunta. 

–Es un refuerzo necesario. Hasta ahora, ha estado funcionando la del Ayuntamiento, con Ana Ruiz haciendo un trabajo maravilloso. Pero teniendo en cuenta cómo se han incrementado los rodajes este último año, es evidente que necesita apoyo. De esta manera, se va a poder atender mejor a las producciones que se realicen aquí. Además, hay que tener en cuenta que están llegando rodajes grandes. Mira por ejemplo iZen, que se ha asentado en Álava. Ha terminado una serie para Inglaterra y ahora tiene más trabajo esperando. Y así podemos hablar de otros casos. Así que esa oficina unificada y reforzada va a hacer falta, sin duda.

"Apika también funciona a nivel de Euskadi. De hecho, cada vez tenemos más productoras de Bizkaia y de Gipuzkoa que se están dando de alta"

Lo que es importante es que todas estas medidas, como los incentivos fiscales o las ayudas a producciones, no sean flor de un día. 

–En todo en esta vida necesitas que las cosas tengan continuidad. Para recoger, lo primero es sembrar.

¿Qué más pueden o deben hacer las instituciones? 

–Siempre se te ocurren cosas que se podrían hacer cuando estás al frente de una asociación y piensas en quienes la forman. El Ayuntamiento de Vitoria comenzó con sus ayudas en 2018. Las ha mantenido en el tiempo y eso es importante. Pero sí es cierto que hemos solicitado que aumenten lo que se destina a ellas porque estamos en las mismas cantidades que hace ocho años. Hay que tener en cuenta que a día de hoy hay más productoras audiovisuales aquí, bien que han nacido en este tiempo o que se han asentado. Lo mismo diría con Diputación. 

¿Nos falta en Álava algo más de apoyo del Gobierno Vasco? 

–Creo que cada vez más se ve que aquí se están haciendo muchas cosas. La relación es buena, mejor que antes. Por ejemplo, con el laboratorio de Apika hay un apoyo específico. Creo que están viendo que funciona.

Desde Álava

Está rodando Paul Urkijo, acaba de termina David Pérez Sañudo, hace nada lo hizo Juanma Bajo Ulloa... No solo vienen rodajes de fuera, que a veces parece que no se valora a las producciones de aquí. ¿Hay que reivindicarse? 

–Y hay gente que está a punto de salir, también. No nos damos el crédito que nos merecemos. Hay una creatividad en Álava impresionante. Pero es que además de talento, hay profesionales, se están creando empresas, se está generando mucho movimiento. Si te pones a mirar las últimas ediciones de los Goya, te vas a encontrar con que el sello alavés entre nominados y premiados está muy presente. A veces en Álava nos cuesta valorarnos, pero ahí estamos.

"Si no eres capaz de leer mucho rato seguido y no te puedes concentrar en un tema durante un tiempo continuado, va a ser difícil que puedas crearte un juicio certero"

Con todo, da la impresión de que al territorio le sigue faltando industria, tejido. 

Hay empresas pequeñas que están a punto de despegar. Ahí necesitamos que se hagan realidad apoyos importantes como son los de EiTB y Gobierno Vasco. Y, en la cuestión de los incentivos fiscales, también tenemos que trabajar.

¿En qué sentido? 

–En los incentivos hay dos vías. Por una parte está el incentivo que atrae a productoras de fuera. Por otra, están las firmas de aquí. Pero en este campo, hay diferencias entre aquellas empresas ya consolidadas y las que son pequeñas, están empezando o afrontando proyectos de, por así decirlo, menor envergadura. Me refiero a productoras que parten de cortometrajes, de documentales... Son firmas que lo tienen más complicado porque son cantidades pequeñas las que necesitan. Requerimos otro camino para estas productoras, otro itinerario. En eso estamos ahora mismo trabajando con Diputación y creo que lo vamos a conseguir. Estamos buscando la manera de que los incentivos fiscales lleguen a las pequeñas productoras sin necesidad de tanta burocracia e intermediación. Creo que en poco tiempo vamos a ver resultados. Para mí son los deberes que tenemos este año, conseguir que los incentivos lleguen a las productoras alavesas pequeñas.

Puede parecer, y aquí los medios de comunicación tenemos culpa, que ahora en el sector audiovisual alavés todo es maravilloso... 

–(Risas) Bueno, es objetivo que estamos mejor. Vamos poco a poco. Pero hay ocasiones, como la que hablábamos, en que la realidad nos hace darnos cuenta de que quedan cosas por hacer. Lo que te comentaba de hacer ese otro itinerario para las empresas pequeñas va a ser muy importante. Eso nos llevará desde Apika a otro trabajo, que será mostrar a esas productoras qué es lo que hemos hecho, cómo tienen que actuar... En todo hay que formarse. 

Maite Ruiz de Austri DNA

Por cierto, ¿dónde está la Ruiz de Austri directora, guionista, productora...? 

–Bueno, hace ya tiempo que me dedico a la asociación y eso me tiene muy ocupada. No sé por cuánto tiempo será, porque también viene bien que haya relevos. De todas formas, Apika da mucho trabajo (risas). Además, tenemos esa idea de que es una asociación alavesa, que lo es, pero también funciona a nivel de Euskadi. De hecho, cada vez tenemos más productoras de Bizkaia y de Gipuzkoa que se están dando de alta. Quiero pensar que atendemos bien a la gente. 

Este sábado se han celebrado los Goya, unos premios en los que el cine vasco viene estando más que presente en los últimos tiempos. Desde la Academia, ¿cómo se mira a ese cine, ‘el de provincias’? 

–No se nos ve como periferia, sino como integrantes de un sector. Los equipos que trabajan en las películas de aquí, están moviéndose de manera constante por otros lugares. A veces pensamos más nosotros que somos periferia que otros. Además, cuando estás haciendo películas importantes, de peso, que ganan premios y mueven taquilla, dejas de ser periferia para ser un centro, en un polo de desarrollo.

Antes de terminar, miremos al público. Los datos de asistencia a los cines no se están recuperando tras la pandemia como algunos pensaban... ¿Qué hay que hacer, un trabajo específico con las nuevas generaciones o...?

–Es cierto que estamos en un momento de cambio. Hay otra manera de consumir, y hablo del verbo consumir, audiovisual. Pasamos de ver películas a series, de verlas en una sala al ordenador. Esto es así. Yo pienso que las películas que seguirán en las salas serán aquellas que, por las razones que sea, necesiten de la gran pantalla. No creo que volvamos a lo que era antes una sala de cine. No vamos a volver a esa Vitoria del siglo pasado con una gran cantidad de salas, algunas de ellas para 2.000 personas. Tampoco eso significa que vayan a desaparecer por completo. Por lo menos, yo no lo creo. También estamos en una sociedad mucho más audiovisual. Vamos a una cultura audiovisual con un formato de corta duración, en la que hay piezas cortas, frases cortas... A mí eso me produce cierta inquietud. Si no eres capaz de leer mucho rato seguido y no te puedes concentrar en un tema durante un tiempo continuado, va a ser difícil que puedas crearte un juicio certero.