Habrá quien piense que, en realidad, el Festival de Jazz de Gasteiz terminó el sábado. No hay que negarlo, la propuesta de este domingo ha generado debate. Lo va a seguir haciendo. Pero es tan sencillo como acudir si se quiere o no ir si se considera que la historia no le llama. A veces, no hay que complicarse tanto. Otra cosa es negar lo evidente. Es decir, el gran protagonista de esta despedida es el hip hop, no el género que da sentido al certamen.
Dejando estas cuestiones a un lado, en realidad al festival, como ya pasó cuando se hizo una fórmula parecida con Kase O, se le ha quedado la jornada de cierre un tanto desnuda. Todo el resto de secciones oficiales están cerradas desde ayer y, de hecho, el grueso de actuaciones paralelas en bares y pubs ya ha pasado, aunque todavía queda alguna honrosa excepción que degustar. Además, bajo el paraguas del festival, a la una de la tarde el swing volverá al kiosco de la Florida.
Doble propuesta
Por lo demás, las miradas se centrarán a partir de las 20.30 horas en Mendizorroza. La intención del festival con este cartel es clara. La organización quiere que la gente joven conozca el certamen y no vea el vivir un concierto en el polideportivo como algo ajeno. Se trata de que la casa del certamen sea vista con otros ojos.
A partir de ahí, la primera diferencia con el paso de Kase O hace un par de años es que si aquella vez solo hubo un concierto, esta vez van a ser dos. Los primeros en hacer acto de presencia serán quienes impulsan el proyecto alavés We Rep The Hardest, una propuesta bastante más cercana al Jazz Magnetism del zaragozano que a lo que sucederá después en el polideportivo.
En este caso, WRTH reúne a músicos que han estado colaborando más de una vez en distintos contextos. Kloy MC, y Eolo y Nico Andino, por ejemplo, se conocen a la perfección. Lo han demostrado también ante el público, ofreciendo actuaciones en las que el jazz y el rap se han relacionado sin problema. Además, son creadores que no tienen miedo a embarcarse en cualquier locura.
Tras ellos, y aquí acabará cualquier comparación con lo que hizo Kase O en su día, aparecerá Trueno. El argentino ha publicado este mismo año un disco cuyo principio y final es precisamente ser un homenaje al hip hop al cumplirse 50 años de la aparición del género. El último baile es, en palabras de su propio creador, “un viaje a través de ciertas épocas, ciertas décadas del hip hop y los géneros que de ahí surgieron, de ahí nació el concepto. Quiero ofrecer una pequeña celebración para la gente durante una época que quizás fue social y económicamente crítica. Como muchos de nosotros en Latinoamérica”.
“Tengo tantas referencias, tantas facetas dentro del álbum porque el hip hop como movimiento pasa por muchos géneros musicales, lo que me permite expresar muchas versiones de mi personalidad y muchas emociones dentro de mí”. Es la propuesta que va a llevar al directo de la capital alavesa recién llegado de Asturias y antes de seguir una gira internacional que le va a tener entretenido durante mucho tiempo. Junto a él y su homenaje al hip hop, el Festival de Jazz se despedirá de 2024 y empezará a centrarse ya solo en dentro de doce meses.