El pianista cubano Chucho Valdés, que esta iniciando ahora la gira europea que el día 20 le devolverá a Gasteiz, repasará en este tour los 50 años de Irakere, la banda que cambió el jazz latino, y lo hará con la advertencia de que, a sus 82 años, “no se cansa”, sino que tiene más deseo de hacer cosas nuevas.
“El año que viene cumpliré 80 años arriba del piano, porque empecé a los tres. Y en vez de cansarme tengo más deseo, porque el arte te alimenta y es como una espiral sin fin, siempre hay cosas nuevas y en la música ocurre lo mismo”, ha declarado.
Con 14 Grammy a sus espaldas, Valdés ha explicado la propuesta musical para los conciertos de esta gira, un camino que el día 20 pasará por el Festival de Jazz de Gasteiz. En concreto, el pianista estará tocando en la segunda parte de la doble sesión que ese sábado acogerá Mendizorroza. La idea, ha ahondado, es hacer un tributo a Irakere, una de sus primeras bandas y que “cambió el curso y fue un nuevo punto de partida y un nuevo camino para la música cubana”.
Un grupo de referencia
“Su influencia se mantiene en las nuevas generaciones y ha sido la casa de grandes músicos cubanos como Paquito D’Rivera o Arturo Sandoval. Irakere ha hecho historia y está reconocida como la banda de jazz más influyente en la segunda mitad del siglo XX”, ha dicho el músico cubano, que ha avanzado que esta vez le acompaña una nueva generación de músicos jóvenes que aprendieron y estudiaron la música de Irakere pero que están “emocionados” de hacer su aportación.
Acompañan a Valdés su hijo Julián, a la percusión; José A. Gola, en el bajo eléctrico y acústico; Horacio Hernández, a la batería; Roberto Jr. Vizcaíno Torre, en percusión; Eddie de Armas Jr. y Osvaldo Fleites a la trompeta; Luis Beltrán y Carlos Averhoff Jr. en el saxo; y Ramón Álvarez, vocalista.
El pianista, que sostiene que “quien no crece, se estanca”, demostrará que sus sonidos no se han quedado en el pasado sino que han seguido evolucionando, si bien habrá espacios para clásicos como Bacalao con pan, que, según ha dicho, “lo piden como si estuviese recién hecho”.
Valdés se ha mostrado orgulloso del talento joven que le acompaña en esta nueva andadura, y ha dicho que, pese a su juventud, los músicos quieren trabajar con él y esto le ayuda a generar nuevas ideas, ritmos y experiencias en un ejercicio “de retroalimentación”.
Sobre su próximo proyecto, que se llamará Chucho sinfónico, ha afirmado tener escrita la música y está “esperando un lugar y una orquesta”. Todo se andará. De momento, su próxima visita a Vitoria dentro de esta gira europea está cada vez más cerca.