Del 9 de mayo de 1929 y fue clausurada el 21 de junio de 1930 se llevó a cabo en Sevilla la Exposición Iberoamericana. Del 20 de mayo de 1929 al 15 de enero de 1930 estuvo abierta en Barcelona la Exposición Internacional. En ambos importantes eventos estuvo presente Álava, sobre todo a través de la empresa de naipes Fournier. Hasta finales de octubre, el espacio de exposiciones temporales del museo Bibat acoge una muestra que recuerda aquellos momentos.

La firma alavesa Fournier acudió a Sevilla gracias al impulso de las Diputaciones y de las Cámaras de Comercio de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, como se explica en los paneles informativos que se encuentran en la exposición, inaugurada ayer como uno de los actos del Día Internacional de los Museos. En el Pabellón Industrial Vasco, junto con los naipes de Fournier, pudieron verse vinos, licores, maquinaria agrícola, relojes, campanas y otros productos salidos de las industrias alavesas. El Pabellón de las Diputaciones se decoró con varias esculturas, escudos y algunas maquetas que reproducían relieves de Estibaliz y Armentia, así como del sepulcro de los Ayala de Quejana, y fotografías de otros monumentos. Se expusieron pinturas con los retratos del General Álava, de Benigno Mateo de Moraza y de Hortuño de Aguirre, Marqués de Montehermoso; y otros cuadros con las fachadas del Palacio de la Diputación de Álava y varios paisajes de Mauro Ortiz de Urbina.

Además, Fournier acudió a Barcelona el mismo año. A ambas sedes, la fábrica de naipes llevó un buen muestrario de sus productos, y también algunas novedades técnicas (en los procesos de impresión) que empezaba a incorporar y que permitirían dotar de más color y de más calidad a sus piezas. Un ejemplo de ello fue la Baraja Iberoamericana, que presentó como novedad en ambas exposiciones, y que forma parte de esta muestra, bautizada como Barcelona-Sevilla, 1929. Fournier en las exposiciones de 1929.

Para la preparación de esta exposición, además de recurrir a los fondos del Museo Fournier de Naipes, se han recabado datos en varios archivos, en especial en los fondos del Archivo de Álava y en el Archivo Municipal Pilar Aróstegui, destacando las fotografías de Enrique Guinea, quien realizó un amplio reportaje de la exposición sevillana. Así se puede ver en esta producción diseñada por Paula Ortiz de Luna y realizada por Iñigo de la Iglesia.