Ni un hueco libre. La primavera empieza con cada rincón de Zas Kultur repleto. En su escaparate, Fernando Iglesias. En la zona más interior, Pablo Stoned. Justo en medio, en el espacio expositivo central del local de la plaza San Antón, Joaquín Lara. Así va a ser desde esta tarde cuando se va a proceder a la inauguración de Territorio desconocido. Será a partir de las 19.30 horas.

De entre las capas del caos

Salvo alguna excepción correspondiente a una escultura, toda la obra presente en esta propuesta ha sido realizada entre 2020 y 2022. La parte central corresponde a la serie que da título a la exposición, aunque también hay dos piezas –ambas circulares, con un diámetro de 1,80– correspondientes a Portables. Pero más allá de esas categorías, “creo como en el jazz: estás improvisando aunque siempre hay una armonía”, apunta el creador.

De entre las capas del caos

Ha sido la mano –y el ojo experto– de Daniel Castillejo el que ha realizado la selección de obra presente en Zas. La creación de Lara “es como una extracción de ese caos ruidoso que nos rodea”, apunta el ex director de Artium, a lo que el aludido apunta que “voy componiendo a capas” un paisaje que aunque tenga su punto de partida en lo urbano, no busca una representación realista sino una interpretación propia.

En el objetivo

La cámara fotográfica acompaña a Lara en sus recorridos por Vitoria. Aquí no está presente esa faz detrás de la cámara. No por lo menos de manera literal. Pero sí como referencia también a la hora de afrontar el trabajo pictórico y escultórico. “Joaquín tiene una agilidad para pintar que aquí se muestra clara”.

Es más, Castillejo deja caer que esas dos obras circulares pueden remitir incluso al objetivo de la cámara, a ese otro ojo del artista a través del cual mirar y crear. “No lo descarto”, apunta el artista, que reconoce que este formato le presenta algunas dificultades a la hora de pintar con respecto a los lienzos cuadrados, más habituales a la hora de perderse en la labor del estudio.

Lo que sí señala Lara con respecto a estas pinturas es que esa forma circular, y de ahí el título de Portables, le remite también a la pista del circo, a ese escenario cuya esencia es itinerar. “Por eso en parte nació esta serie, porque la idea era poder transportar las obras con cierta facilidad”.

De momento, en este arranque primaveral, tanto estos cuadros como el resto de los que conforman la exposición, al igual que las esculturas presentes, tienen su casa temporal en Zas Kultur. “El artista aborda el cuadro susurrando, su método consiste en ensayar y explorar cómo alguien que penetra cautelosamente en un territorio desconocido” deja escrito Daniel Castillejo en la hoja de sala. Ahora es el momento de quienes acudan a la muestra.

“Le dejé entrar en el taller para que él seleccionará”, recuerda Lara. “Es un sitio pequeño en el que los cuadros se agolpan por todos los lados”, dice Castillejo. Ahora ese lugar se traslada para ser protagonista en Zas, un proyecto con el que el autor ya ha cruzado su camino con anterioridad.