El Principal está lleno. Llega a su escenario Los santos inocentes. El ir y venir de gente buscando su butaca es constante. Hasta aquí, lo habitual. Pero minutos antes de que empiece la sesión, el actor Javier Gutiérrez sale un momento de la zona de vestuarios. Quiere encontrarse con las personas con déficit visual o auditivo que van a poder compartir la representación gracias a que esta función es accesible. Los protagonistas saben que, por desgracia, lo que van a vivir es algo excepcional.

La propuesta viene dada por la propia producción, un guante recogido por el Ayuntamiento de Vitoria a través de la Red de Teatros. El Consistorio asume los costes y hace de intermediario con entidades como Itxaropena. “Valoramos muy positivamente estas iniciativas de accesibilidad en la cultura, ya que promueven un ocio inclusivo y favorece la participación activa de las personas con discapacidad visual”, apuntan desde la Asociación de Personas con Discapacidad Visual de Álava.

Antes de entrar a la sala es el momento de distribuir los diferentes utensilios para poder disfrutar de la función. Según explican desde la firma Aptent, existe la posibilidad de la audiodescripción. “A través de unos auriculares, las personas ciegas pueden escuchar una voz en off que describe el contenido visual relevante de la obra de teatro”.

Con el bucle magnético individual, las personas con discapacidad auditiva usuarias de prótesis auditivas (audífono o implante coclear) “pueden escuchar el sonido de la obra de teatro de una forma nítida mediante la utilización de un sistema FM conectado a un lazo de inducción o bucle individual”.

Además, los usuarios que tienen problemas de audición pueden escuchar el sonido amplificado con unos auriculares. Y existe el subtitulado adaptado. En este caso, “las personas con discapacidad auditiva pueden apoyarse en el subtitulado para seguir la obra. Ofrece la transcripción de los diálogos y además, identificación de personajes”.

Una excepción, por desgracia

A la llamada realizada por el Principal para esta cita responden 46 personas interesadas, 42 de las cuales llegan a través de asociaciones y cuatro con entradas compradas de manera directa en taquilla. La respuesta es muy buena y así se valora desde la Red de Teatros, aún siendo conscientes de que sería necesario llevar a cabo más iniciativas de este tipo.

“Hay muy pocas iniciativas por no decir ninguna. Las personas sordas difícilmente pueden participar en casi nada: cine, teatro, danza...” apuntan desde Aspasor. “Hasta ahora lo habitual es que las iniciativas surjan desde las asociaciones y siempre con escasos recursos económicos y con pocos medios. Pasa lo mismo con las programaciones infantiles, al no haber oportunidades, la población infantil con discapacidad auditiva no asiste a actividades culturales. Sería importante trabajarlo desde pequeños”, añaden desde la Asociación de Padres, Madres y Amigos de las Personas Sordas de Álava.

“Hasta ahora el acceso a la cultura está bastante limitado para las personas con discapacidad visual. Creemos que como en todos los aspectos referentes a la accesibilidad todavía queda mucho trabajo por hacer. Es necesario que los creadores, empresarios, e incluso los políticos se involucren promoviendo este tipo de proyectos”, describen desde Retina Araba Begisare. “Es muy importante que las instituciones públicas y entidades privadas del ámbito de la cultura asuman la responsabilidad social de adaptar técnicamente las ofertas culturales y dar una difusión adecuada para que llegue la información a toda la sociedad”, suscriben desde Itxaropena.

Al fin y al cabo, como recuerdan desde Aspasor, “somos ciudadanos que tenemos derecho a la cultura como el resto de la población y los responsables políticos deberán posibilitar el acceso de la población en este caso con discapacidad. Pasa lo mismo con la música, que es un campo en el que existen muy pocas experiencias”.

Es evidente que queda mucho por hacer. Aún así, o precisamente por eso, se valora de forma positiva la posibilidad de ir a ver esta adaptación de Los santos inocentes. “Lo organizamos todo en un día y la respuesta de nuestros socios fue rápida y buena para el poco tiempo que tenían para apuntarse. Quizás esto es indicativo de la poca oferta que hay y del interés de la gente en participar en estos eventos” dicen desde Retina Araba Begisare.