- Fue en septiembre del año 2005 cuando llegaron a la parrilla de Telecinco las conversaciones ante la máquina de café del variopinto personal de una empresa. Camera Café se convirtió en todo un fenómeno adaptando un formato originalmente francés en el que desfilaban desde el director hasta el guarda de seguridad pasando por una becaria ya entrada en años, la trabajadora friki y un amplio abanico más. Ahora, aquella serie da el salto a la gran pantalla con la mayor parte del reparto original bajo la dirección de Ernesto Sevilla.
“Lo más difícil fue pensar qué película queríamos hacer, tenía que mantener el costumbrismo, el humor, pero también tenía que ser surrealista. Había que ser fiel a la serie pero teníamos que aportar algo”, afirma Sevilla. “Yo era fan de la serie. Para mí fue muy emocionante verles de nuevo. No tenía mucho que decirles porque sus personajes les pertenecen e iban proponiendo cosas”.
Protagonizada por Arturo Valls, Ana Milán, Carlos Chamarro, Joaquín Reyes, Carolina Cerezuela, Marta Belenguer, Alex O’Doherty, Esperanza Pedreño o Esperanza Elipe, e incorporaciones como las de Ingrid García-Jonsson o Javier Botet Camera Café no solo respeta la propuesta original, sino que sube la apuesta centralizando la acción en la vida de Quesada (Arturo Valls), un personaje que, según Sevilla, “era susceptible de crecer y ya venía con sus cosillas”. Además, el elenco también ha contado con las colaboraciones especiales de Ibai Llanos, la cantante Karina (que se interpreta a sí misma) y el dúo musical Andy y Lucas. Y con ellos, Manuel Galiana, que se incorpora en el papel que desempeñaba Luis Varela, cuya edad no le permitía seguir el trajín de un rodaje largo, aunque sí aparece en un cameo.
Arturo Valls explica que la película fue un encargo que todo el elenco recibió con entusiasmo; el único que declinó participar fue César Sarachu (Bernardo) quien, no obstante, participa en la película de la mano de Esperanza Pedreño (Cañizares). Y tenía sus complicaciones, agrega Sevilla, “porque no podíamos sacarlos de la oficina ya que si los sacabas, la serie perdía su identidad”.
“Nadie nos pidió que retomáramos la serie, Francia hizo una versión, pero sí notamos que una pieza que hicimos en pandemia para animar a la gente que se quedara en casa fue muy seguida y elogiada. Es como el regreso de Friends, pero con menos bótox y dinero”, afirma el actor y productor, Arturo Valls.
En la película, la oficina va a vivir cambios, como cabe esperar, de lo más inesperados y surrealistas; Quesada, Julián, Marimar, Cañizares, Victoria y el resto de los empleados se enfrentan a una crisis importante. En el momento más crítico, con nuevos directores y directoras en la empresa, las sucursales de España y Portugal tendrán que rivalizar para sobrevivir pues sólo podrá continuar abierta una de ellas. En medio, la historia personal de Quesada, un fracasado que no quiere reconocerlo, y padre de dos niños que, sin darse cuenta, se le han convertido en adultos: Ingrid García-Jonson e Ibai Llanos.
Por su parte, Ana Milán, “la malvada de España”, según se autodefine, reconoce que cuando llegue la cinta a plataformas va a pasarla deprisa hasta el momento Kill Bill donde su personaje mantiene una lucha a katana con su rival en la empresa. “Victoria me estaba esperando ahí, subida a los tacones”, dice la actriz, desplegando el espíritu de su personaje, la mandona jefa de producción, que se ve “obligada a mantener a raya a toda esta pandilla de vagos. Si curráseis más -dice a sus compañeros- no sería así de mala”.
La película está repleta de surrealismo, algo sobre lo que Ernesto Sevilla reconoce que si le hubieran dejado, habría sido más rara aún. “Podría haber sido más costumbrista, pero la serie también tenía una veta surrealista y absurda que hemos aprovechado para construir esta historia, con acción y otros elementos que hemos ido añadiendo”. Ahora, como afirma Arturo Valls, “el único interés es que la gente olvide sus problemas y empiece a pensar en los problemas mentales de los creadores de la serie”.