Vitoria - Amplia y diversa es la colección que sostiene al Museo Fournier de Naipes de Álava, lo que permite distintos acercamientos a sus fondos. Esta vez, el espacio que comparte sede con el Museo de Arqueología en el complejo del Bibat ha puesto su mirada en aquellas creaciones que a lo largo de varios siglos han estado entre las manos de los más pequeños. Así, en la sala de muestras temporales se puede ver hasta el 4 de noviembre Karta kontuak, que a través de 14 expositores viaja desde el siglo XVIII hasta la actualidad.
En total, de entre 2.000 barajas se han seleccionado 134, procediendo algo menos de la mitad del Estado, mientras que el resto tienen su origen en países como Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda, Finlandia, Portugal, Rusia, Argentina, México, India, Cuba y Estados Unidos.
Con estos materiales, de diversos tamaños, diseños y temas, se propone un punto de encuentro no sólo para los más pequeños sino para personas de cualquier edad. De hecho, el Museo de Naipes busca “invitar e incitar” al público familiar para que acuda por primera vez o regrese a este espacio, como describió ayer su técnico responsable Edurne Martín.
Además de la muestra, el Bibat acogerá el próximo 26 de mayo dos talleres realizados en colaboración con la Escuela Museo de Origami de Zaragoza. El primero de ellos tendrá lugar por la tarde (estará destinado a participantes a partir de 8 años) y se centrará en este arte, mientras que a lo largo de todo el día se producirán dos sesiones de un curso de iniciación destinado al profesorado y cualquier otra persona interesada en este campo.
Todo ello para acompañar las 134 barajas que componen esta propuesta. “Se trata de una exposición que recupera algunas cartas con las que jugamos en nuestra niñez, y que forman también parte de la colección del museo. Se muestran en la sala de exposiciones, ordenadas en distintas áreas, dedicadas por ejemplo a los juegos, a las familias, a los cuentos y a los naipes educativos”, señaló la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Igone Martínez de Luna. “Estos naipes infantiles, fueron utilizados no solo para jugar y pasar el tiempo, sino también para aprender de forma entretenida y divertida. Queda demostrado que a lo largo de la historia se han utilizado juegos de todo tipo, no solo naipes, como auténticas herramientas pedagógicas; para desarrollar la memoria, practicar con la lectura o las matemáticas, o adquirir conocimientos sobre otros campos diversos como la historia o las especies vegetales y animales”, añadió.
Eso sí, a partir de ahora es el momento del público, de quienes se acerquen a una muestra en la que “ha sido complicado elegir porque tenemos mucho material”, según describió Martín, quien resaltó que en la exposición se destaca también la figura de creadores como el gasteiztarra José Luis López Fernández.