EL debut en la gran pantalla de Oskar Santos (Santurtzi, 1972) no pudo ser mejor. Tras sus multipremiados cortometrajes Torre y El soñador, dio el salto al largometraje con El mal ajeno, de la mano del rey Midas del cine, Alejandro Amenábar, y un reparto de lujo compuesto por Eduardo Noriega y Belén Rueda. La banda sonora fue compuesta por Fernando Velázquez (Lo imposible) e interpretada por la Orquesta la Sinfónica de Euskadi. El thriller psicológico, aunque no se convirtió en un taquillazo, fue seleccionado para participar en la Sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín.
Pero si tan difícil es conseguir que Amenábar apadrine tu opera prima, no lo es menos estrenar una producción relativamente cara en un contexto de crisis. El director vasco ha dado un golpe de timón y prepara una adaptación en acción real de Zipi y Zape, los míticos mellizos traviesos de tebeo, creados por José Escobar en 1948, que llegará a las salas de cine el próximo 4 de octubre, bajo el título Zipi y Zape y el club de la canica. Sin duda, uno de los estrenos familiares más esperados de esta temporada.
"Es un filme de aventuras bastante ambiciosa y yo me siento un poco privilegiado. Estrenar una película en tiempos de crisis es casi imposible. Veo a mi alrededor todo lo que hay, no solo en mi sector, sino en toda la sociedad... La situación es terrible, pero tampoco hay que renunciar a sacar adelante un trabajo digno como este", asegura el director santurtziarra, que acomete durante estos meses la fase de producción de su último proyecto.
Un proyecto que según confiesa, no ha sido demasiado fácil, "porque siempre es complicado hacer una película protagonizada por niños. Para esta cinta, necesitábamos dos rostros muy particulares. Buscamos en colegios de toda España, Más de 5.000 niños se sometieron a las pruebas. Y por fin, elegimos a dos niños, Raúl y Dani, que interpretan a Zipi y Zape respectivamente, dos chavales que nunca antes se habían colocado delante de una cámara y el resultado ha sido magnífico. Además, la historia tiene mucha acción, efectos especiales y decorados muy espectaculares", dice Oskar Santos. La película comenzó su rodaje a principios de julio de 2012. La filmación se desarrolló durante nueve semanas en localizaciones naturales de Hungría (Budapest y alrededores) y País Vasco. Concretamente, los escenarios elegidos para el rodaje en Donostia fueron la Biblioteca de la Diputación de Gipuzkoa, el antiguo depósito de aguas de Ulía, así como la carretera de acceso a Artikutza, además, del convento de las esclavas de Azpeitia.
El guión es obra de Santos, Francisco Roncal y Jorge Lara, y arranca cuando Zipi y Zape son enviados al Centro Re-educacional Esperanza, donde pronto descubren que, más que un colegio, es una cárcel para niños donde jugar está prohibido. Allí fundan el Club de la Canica, la resistencia infantil que desafía la autoridad de los adultos.
Gracias a su inteligencia, su valentía y su inquebrantable fe en la amistad, Zipi, Zape y el resto del club descubrirán un misterioso secreto que se oculta en el colegio y vivirán la aventura más emocionante de sus vidas. Una historia de acción y comedia en la que no falta un villano. Es el director del centro re-educacional Esperanza.
En realidad, el conocido tebeo de José Escobar es tan solo el material de partida para narrar las desventuras de estos clásicos personajes que han alimentado los sueños de tantas generaciones, incluida la de Oskar Santos. "Durante mi infancia, me han acompañado los tebeos de Mortadelo y Filemón y los de Zipi y Zape. Cuando a finales de 2010 acabé la serie televisiva Crematorio, Fernando Bovaira me propuso este trabajo. Tengo que reconocer que me sorprendió porque nunca había hecho comedia, era totalmente diferente a lo que yo había abarcado, pero me dieron libertad absoluta. Igual hay espectadores que salen del cine y piensan que es una traición al tebeo, pero sentí que había que hacer una adaptación de los personajes, quería hacer una película como las de mi infancia. En mi filme llevo a Zipi y Zape a un tipo de aventura en el cine como las que yo veía cuando leía los tebeos de estos personajes", explica Oskar Santos.
El director confiesa que entre sus referentes se encuentran filmes como Indiana Jones, Los Goonies, Regreso al futuro o Los Simpsons, hasta libros como los de Los Cinco, "que leía cuando tenía 12 ó 13 años y que ahora, con cuarenta, siguen teniendo algo de magia. Obviamente, tengo claro que el objetivo fundamental del filme son los chavales entre los 6 y 14 años, pero hemos construido una historia para que los adultos también disfruten con ella. Es como los juegos que había en mi infancia, que eran para un público entre 3 y 90 años. Esto es lo que yo quiero, que la gente entre, vea la película y se lo pase bien independientemente de la edad que tenga. Quizás por ello, estos Zipi y Zape serán mayores que los personajes del tebeo, precisamente para que sus correrías sean más emocionantes y lleguen a un público más amplio y exigente, incluyendo niños o adultos".
cercana Oskar Santos es consciente de que su película será comparada por el público y por los críticos con las de Harry Potter. "Ha sido la saga del género infantil que más se ha visto en la última década. Yo, sinceramente, solo he visto una de ellas porque no me han hecho mucha gracia. Pero, seguramente, si han tenido tanto éxito, será que han sabido llegar al público infantil y adolescente. De todos modos, creo que bebemos del mismo cine. Somos herederos de películas como La guerra de las galaxias, Mary Poppins, de la literatura inglesa... Aunque estoy convencido de que Zipi y Zape y el club de la canica es más cercana a los Goonies. No hay magia, el argumento no es que sea muy realista, pero, al fin y al cabo, no deja de ser la historia de dos niños traviesos, de buen corazón, que lo que quieren es, como todos los niños, pasar el mejor verano de su vida. Lo que ocurre es que ese año va a ser diferente a lo que ellos esperaban". El realizador vasco señala que "es un tipo de cine que hace mucho tiempo que no se hacía" y confiesa que le apetecía mucho llevar a la gran pantalla. "No tiene nada que ver con los thrillers que he realizado hasta ahora. Me pedía el cuerpo hacer esta comedia".