Un oscuro foso de locura se abrió este miércoles en el Festival de Venecia con el estreno de 'Joker: Folie à deux', una película en la que el payaso criminal y su amada Harley Quinn, interpretados por Joaquin Phoenix y Lady Gaga, cantan en su caída común a la demencia para reconquistar el León de Oro.

"Lanzar la segunda parte en Venecia me parecía lo más correcto y lógico", aseguró en la rueda de prensa de presentación el director, Todd Phillips, que regresa a la carrera por el máximo galardón de la Mostra veneciana cinco años después de ganarlo con la primera parte de este exitoso retrato psicológico del villano.

La secuela mantiene el tono lúgubre de la entrega previa, pues de lo que se trata es de cuestionar a una sociedad envilecida y enferma que alumbra monstruos, pero esta vez lo hace con aires de musical, con la pareja de perturbados revelando mediante canciones los últimos resquicios de luz que albergan sus almas.

"Es la única forma que los personajes tienen para expresarse", explicó por su parte Phoenix, que repite como este personaje de cómic que le valió su primer Óscar en 2020.

Pero el Joker -o su cara humana Arthur Fleck- ya no están solos. La 'Folie à deux' que da título a la cinta es un raro caso psiquiátrico -real- que hace que dos personas compartan un síntoma psicótico, como paranoia o delirios, alimentándolo entre ellos.

Gotham, sumida en el caos

En la anterior película, Fleck, maltratado y humillado por el mundo que le rodeaba, aceptaba su locura y desencadenaba al monstruo de rostro pintado que anidaba en su interior para matar y sumir en el caos una ciudad, Gotham, carcomida por la corrupción.

Ahora, sus huesos se pudren en un violento manicomio a la espera de su juicio, mientras del exterior empieza a llegar el clamor por la división que ha causado su arresto, entre partidarios y detractores. En definitiva, comprende su enorme popularidad.

En este limbo entre una vida entre rejas o la muerte en la silla eléctrica, el villano perderá la cabeza por una admiradora de nombre Harley Quinn, descubriendo que todavía queda algún sentimiento en su corazón y expresándolo a través de las canciones de su vida.

Gaga, que en la rueda de prensa prefirió ser llamada por su nombre de pila, Stefani, se sumó al proyecto después de que la primera parte la "emocionara" por su mirada a "los incomprendidos de la sociedad" (precisamente ella es la 'mother monster' de sus fans).

"Me ayudó a entender cosas que no había comprendido antes", reconoció la cantante.

Tal es así que el ensayo de temas clásicos de Frank Sinatra y otros ídolos durante el rodaje le enseñó a cantar para el cine: "Para mí ha sido como desaprender la técnica, olvidarme de la respiración y permitir simplemente que la canción saliera", confesó.

En esta historia, Phoenix acomete una gran transformación física para adoptar la complexión del Joker, perdiendo mucho peso. Y aunque aseguró que este proceso "no es tan peligroso", avanzó entre risas que "probablemente" no lo repita a sus 49 años.

No obstante, el actor puede estar tranquilo porque el director ha descartado desde Venecia haya una tercera entrega: "Para mí, la historia de Arthur Fleck/Joker ya ha quedado contada con esta película", aseguró Phillips.

Gaga y Phoenix revolucionan Venecia

El desembarco de Lady Gaga y Joaquin Phoenix al Lido, la isla veneciana que acoge el Festival, ha supuesto una auténtica revolución y decenas de seguidores, sobre todo de la cantante, buscan su autógrafo en las inmediaciones del Palacio del Cine.

La autora de 'Bad Romance' ha vuelto a la Mostra, por la que ya pasó con 'A star is born' (2018), soñando con algún premio, mientras ultima el lanzamiento del que será su séptimo disco de estudio, el primero desde la era 'Chromatica' (2020). El sencillo llegará en un día de octubre aún por determinar.

Una situación bien distinta persigue a su compañero de reparto, Joaquin Phoenix, que acaba de abandonar un proyecto de Todd Haynes pocos días antes de empezar el rodaje en México.

El actor estadounidense evitó la polémica y en la presentación en Venecia se negó a dar su opinión con el resto de creadores del proyecto presentes para dar la suya: "Creo que no ayudaría", zanjó.

El cualquier caso, las risotadas del Joker han estremecido este miércoles la competición por el León de Oro, pero, al mismo tiempo, han recordado que la esperanza está al alcance de cualquiera, hasta de los monstruos más desquiciados.