Edades recomendadas en juegos y 'apps'
Hay que establecer qué tipo de aplicaciones y juegos se puede utilizar en función de las edades de los menores. Cada juego y aplicación tiene una edad recomendada para su uso, y esa edad puede variar en función de la tienda desde donde se descargue. Algunas aplicaciones en Google Play tienen una edad recomendada, en App Store tienen otra diferente, y en algunos casos esas edades difieren con las que señalan algunas páginas de protección de menores. Siempre se recomienda tomar como referencia las edades más altas.
En el caso de la redes sociales, la más permisiva establece en 13 años la edad mínima de uso. Como alternativa a YouTube (+13) se recomienda utilizar la aplicación YouTube Kids.
Todos los juegos y redes sociales traen ajustes de seguridad y privacidad que conviene mirar y establecer, incluidos juegos como Fortnite (+12) o Roblox (+12), a los que se juega con desconocidos mayores de edad y cuyos contenidos muchas veces no se pueden controlar.
Tiempo permitido
Cuanto menos tiempo pasen los niños delante de pantallas, mejor. No se recomienda que los menores de dos años tengan exposición a pantallas. Ya hay diferentes estudios que demuestran que las pantallas (tablets, teléfonos inteligentes€) son nocivas para niños tan pequeños. La Asociación Española de Pediatría recomienda que para menores de 16 años, el tiempo máximo total frente a pantallas no exceda las dos horas diarias. Como tiempo máximo total se entiende el tiempo de televisión, más tiempo de juegos online, más redes sociales, más hacer los deberes en ordenadores y tablets, si es el caso.
Se recomienda inculcar actividades que no tengan nada que ver con pantallas, como hacer deporte, jugar en el parque, pasear por el monte, la lectura, el baile, la música, el voluntariado, los juegos de mesa, la pintura€
Lugares de uso de pantallas
Se recomienda que los menores utilicen dispositivos en lugares comunes de la casa, de esa forma si las familias ven algo que les hace sentir incómodos se van a dar cuenta y podrán ir a ver qué pasa.
No se recomienda utilizar dispositivos en las horas de las comidas. Tampoco dormir con ellos en el cuarto o utilizar pantallas una hora antes de conciliar el sueño. Una actividad que está resultando beneficiosa en muchas familias es establecer una hora por la tarde, por ejemplo las ocho o las nueve -cada familia elige la suya-, y a partir de ese momento todos los teléfonos y tablets de la casa (incluidos los de los adultos) se quedan en un lugar concreto y no se vuelven a utilizar hasta el día siguiente. Si alguien llama por teléfono o manda algún mensaje podemos coger o contestar, pero no utilizaremos las pantallas para consultar redes sociales, jugar a juegos online, navegar por Internet€
No se recomienda hacer los deberes con teléfonos o tablets cerca. Como alternativa se pueden silenciar las notificaciones mientras los hacemos. Ya hay estudios que demuestran que cada vez que nos desconcentramos (por ejemplo, con una notificación de un mensaje) tardamos tres minutos en volver a concentrarnos completamente.
Otras actividades recomendables
Se recomienda tener controles parentales en los dispositivos que los menores van a usar, por lo menos hasta Secundaria, para limitar el uso que se hace de ellos. Esta opción nos permite establecer el límite de tiempo de uso y contenidos. Podemos activar los controles parentales en televisiones inteligentes, videoconsolas, servicios en streaming, algunos juegos online€
Compartir los dispositivos entre toda la familia, en lugar de que los dispositivos sean de los niños, es una buena idea. También se puede crear un contrato o un pacto de uso de los dispositivos, donde se establezcan los términos que cada familia vaya negociando con los menores.
Para cumplir con las edades recomendadas estaría bien que todas las familias de Primaria de cada centro educativo o de cada clase se pusieran de acuerdo en la edad en la que van a permitir el uso de smartphones, redes sociales o juegos concretos. Si las familias de todas las clases alcanzan ese acuerdo es mucho más fácil lograr respetar las edades recomendadas. Si no se puede llegar a él con las familias de toda la clase, por lo menos estaría bien alcanzarlo con las de los amigos y amigas de nuestros hijos.