"Solo tengo una cosa que decir: eskerrik asko porque hacéis un trabajo increíble. Está claro que la enfermería es pasión y que todos tenemos que cuidar a estas profesionales de Osakidetza".

Así comienza una carta de agradecimiento a dos enfermeras de Vitoria. Dos enfermeras que hacen su trabajo en el centro de salud del Casco Viejo.

Una paciente del barrio se ha puesto en contacto con DNA porque quería trasladar de manera pública las gracias por el trato recibido en una consulta de Vitoria.

"La semana pasada me llamaron para hacerme una prueba en el centro de salud, una espirometría. Era la primera vez y no sabía qué tenía que hacer. Iba un poco nerviosa, la verdad", cuenta esta vecina de la calle Aldabe.

Pero desde que dijeron su nombre y entró en la consulta, el trato y la comunicación continua que recibió fue "increíble, estoy muy agradecida".

"Además, creo que no era buena hora (sobre las dos de la tarde) y ellas estarían cansadas después de tantas horas viendo pacientes y con la carga de trabajo que soportan hoy en día en los centros de salud. Pero al entrar fue como si me recibieran a mí la primera".

Desde que entró en la sala, "una enfermera titular y una enfermera más joven que estaba aprendiendo me explicaron qué iban a hacer, en qué consistía la prueba, si tenía dudas... en un ambiente de confianza y cordialidad que me hizo sentir muy a gusto y cómoda".

Fundamental, la colaboración del paciente

Una espirometría es un análisis para evaluar cómo funcionan los pulmones midiendo cuánto aire inhalas, cuánto exhalas y con qué rapidez exhalas.

Una prueba que puede ser de gran utilidad para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades respiratorias.

Consiste en la toma y expulsión enérgicas de aire a través de una boquilla siguiendo las instrucciones de una enfermera que dirige la prueba para ver cuanta cantidad de aire se puede expulsar de los pulmones.

Eso sí, es muy necesaria la colaboración del paciente para poder realizar las maniobras de forma correcta.

El paciente tiene que realizar respiraciones a través de un aparato llamado espirómetro. Y debe ponerse una pinza en la nariz para evitar que se escape aire por los orificios nasales.

No es una prueba dolorosa pero es necesario un esfuerzo por parte del paciente para que los resultados sean válidos.

Por eso durante la realización se dan "órdenes enérgicas" para animar al paciente a que sople de manera correcta y durante varios segundos seguidos.

Para finalizar el agradecimiento, la paciente del centro de salud del Casco Viejo de Vitoria dice que "solo quiero mandar desde aquí todo mi apoyo al personal de Osakidetza, auténticos profesionales que tratan a los pacientes con mimo, con respeto y con mucha dedicación. Eskerrik asko benetan. Osakidetza se sostiene gracias a sus profesionales".