En la vida diaria, seguir una buena rutina facial es fundamental para que la cara se mantenga en buen estado. También conocido como ‘skincare’, le da un aspecto más brillante y cuida su salud a largo plazo. Sin embargo, no es tan sencillo como parece, ya que se suelen cometer algunos fallos que la arruinan del todo.
Además, cada piel necesita unos cuidados concretos, para, a ser posible, evitar el envejecimiento prematuro y enfermedades. Para ello, el mejor remedio es seguir las recomendaciones de los especialistas.
Los consejos de Leire Barrutia
La dermatóloga Leire Barrutia, experta en este campo, ha aportado una serie de consejos para llevar a cabo una buena limpieza facial. Todo ello, por supuesto, mencionando los errores más comunes a evitar en el proceso.
Vitaminas
Uno de los mayores errores que se cometen es usar vitaminas oleosas en pieles grasas. Estas propiedades, sobre todo en personas que suelen tener acné, hacen que los poros se queden atascados y esta enfermedad se agrave.
Por lo tanto, los expertos apuestan por vitaminas C adaptadas a pieles sensibles con exceso de grasa, teniendo en cuenta las características del cutis.
Pieles sensibles
Al estar resecas, se cree que las pieles sensibles necesitan cremas muy densas. No obstante, se olvida que esa sequedad ocurre debido al desequilibrio en la barrera cutánea, relacionada con el ácaro conocido como ‘Demodex folliculorum’.
Esta bacteria se alimenta de las cremas grasas y afecta a la sensibilidad de la piel. En su lugar, se recomienda utilizar hidratantes ligeros, pensados específicamente a cutis sensibles.
¿Doble limpieza?
Por último existe una duda muy frecuente: ¿es conveniente realizar una doble limpieza en pieles grasas o con acné? Al contrario de lo que se opina, usar aceites limpiadores tiene muchos beneficios para la salud.
La clave está en usar productos bien formados y, junto con geles limpiadores, se consiga una limpieza profunda para eliminar el sebo y darle forma a la cara.
Recomendaciones para un cuidado adecuado
Aunque la rutina facial es importante, cabe recordar que hay muchos otros medios para cuidar el rostro. Uno de ellos es, como hemos dicho antes, apostar por otros productos que respeten los ciclos naturales del cuerpo.
Asimismo, la hidratación es otro factor que no se puede perder de vista. Independientemente del tipo de piel, el agua hace que el cutis se mantenga elástico y firme, además de prevenir los daños que este sufre por la radiación solar.
Por otra parte, no es nada recomendable cambiar bruscamente de productos, pues la piel necesita cierto tiempo para adaptarse a cada uno. Por eso mismo, hay que ir introduciendo poco a poco los activos y ver cómo el cuerpo reacciona a cada uno de ellos.
Finalmente, la alimentación equilibrada y el descanso, junto con una gestión adecuada del estrés y los nervios, son de gran ayuda para cuidar la salud cutánea. En cualquier caso, la mejor respuesta es acudir a un experto para saber más sobre el cuidado de la piel.