Si el Kosner Baskonia pretende asaltar una de las canchas más calientes de la Euroliga como es el Zalgirio Arena y sumar su primera victoria como visitante de la presente Euroliga, necesitará atar en corto a la gran estrella del Zalgiris y uno de los exteriores más en forma del continente como es Sylvain Francisco, a quien conoce muy bien el secretario técnico azulgrana Xevi Pujol.

El catalán, llegado al Buesa Arena el pasado verano para asumir la difícil responsabilidad de relevar al arquitecto de la época dorada del Baskonia, Alfredo Salazar, acompaña al equipo en la mayoría de sus viajes. Por lo tanto, si viaja también a Kaunas para presenciar el encuentro a pie de pista, seguro que tiene algún consejo para quien afronte la tarea de defender al base galo.

No en vano, fue el joven secretario técnico quien descubrió a Sylvain Francisco y lo puso en el escaparate para los grandes clubes europeos cuando lo fichó para el Manresa en el verano de 2021. Tras destacar en el Roanne francés, Pujol se adelantó a otros interesados y lo trajo a la ACB, donde formó parte de aquel equipo de ensueño que, pese a sus escasos recursos financieros, juntó a Sylvain Francisco (Zalgiris), el exbaskonista Chima Moneke (Estrella Roja) e Ismael Bako (París Basketball) con otros jugadores que también han demostrado posteriormente tener nivel de Euroliga como Brancou Badio, Joe Thomasson o Yankuba Sima.

Aquel Manresa dirigido por otra cara conocida en Vitoria como Pedro Martínez logró clasificarse para la Copa del Rey y para el play off de la ACB y fue un dolor de muelas para equipos con presupuestos mucho mayores. Tanto le convenció a Pujol su paso por el Nou Congost que la temporada pasada fichó a su hermano pequeño Christin, que milita actualmente en el equipo sub-21 del Manresa. Lógicamente, tras aquella mágica campaña el conjunto catalán fue incapaz de retener a ninguna de sus estrellas y Sylvain Francisco no fue una excepción.

Tras promediar 10,7 puntos, 3,3 asistencias y 1,2 rebotes en la ACB con 25 años, Francisco firmó por el Peristeri griego, donde, convertido en capitán general del equipo, elevó aún más sus números hasta dar el salto a la Euroliga de la mano del Bayern de Múnich de Pablo Laso en el verano de 2023. Su llegada a la máxima competición europea, sin embargo, estuvo a punto de darse unos meses antes cuando el Baskonia, según el propio jugador afirmó en una entrevista, llamó a su puerta.

Cuando Pierria Henry fue sancionado por la FIBA, la entidad de Zurbano tuvo que salir al mercado a contrarreloj en busca de un sustituto y Alfredo Salazar, convertido ahora en la mano derecha de Xevi Pujol, tenía en alta estima al exterior francés tras su gran campaña en Manresa. Sin embargo, la operación no se dio y la secretaría técnica terminó decantándose por la contratación de Max Heidegger.

Una evolución imparable

Nunca se sabrá lo que habría deparado el destino a Francisco y al Baskonia si hubieran juntado sus caminos aquel año 2023. Lo que sí es una realidad es que las cosas le han ido muy bien al francés. En su campaña en el Bayern ya demostró tener nivel de Euroliga y el Zalgiris apostó por él en el verano de 2024. En Kaunas, donde le entregaron las llaves del equipo, elevó su baloncesto al siguiente nivel con 14,6 puntos, 4,5 asistencias y 2,6 asistencias de media que le valieron para recibir la llamada de la todopoderosa selección francesa para el Eurobasket.

Allí hizo una gran labor promediando 9,8 puntos, 3,7 asistencias y 3,8 rebotes, pero su selección no cumplió con las expectativas y, además, su actuación quedó empañada por una polémica acción. En la victoria contra Eslovenia dio por terminado el partido al dar la mano a Luka Doncic en la última posesión y justo después anotó una bandeja a toda velocidad con la mente en el basket average ante la mirada incrédula de los eslovenos, que ya habían dejado de defender y estaban saludando a los franceses. El gesto sentó muy mal y provocó una tangana y muchas críticas tras la cita.

Ya olvidado aquel desafortunado episodio, Sylvain Francisco está confirmando este año su fantástico rendimiento del curso pasado y, mejor rodeado por sus compañeros, ha elevado sus números hasta ser actualmente el máximo asistente de la Euroliga y el quinto jugador más valorado del torneo con 16,4 puntos, 7 asistencias, 2,7 rebotes y 20,2 créditos de valoración.

El francés, con sus 1,85 metros de altura, es un auténtico mago con el balón. Le sobra talento y es uno de los mejores jugadores de la competición en el uno contra uno y en los aclarados, acciones en las que pocos jugadores son capaces de frenarlo. Es muy ágil, vertical desde el bote y capaz de romper cinturas con sus cambios de dirección y su explosivo primer paso. La pasada jornada salió ovacionado de la cancha del Real Madrid tras anotar 33 puntos y repartir 11 asistencias, pero la derrota por 100-99 seguro que no le hizo gracia y no le importará que el secretario técnico y el club a los que engatusó años atrás paguen los platos rotos.