Tan solo han transcurrido dos partidos correspondientes a la temporada 2025-26, pero los primeros síntomas inquietantes ya han hecho acto de presencia respecto a lo que puede dar de sí un proyecto en fase embrionaria que necesita tiempo y varios puntos de cocción.

Tras la buena imagen ante el Olympiacos, la visita al Asvel dejó al baskonismo bastante tocado en cuanto al estado de ánimo. Los viejos fantasmas ya están de nuevo aquí a las primeras de cambio.

Nadie esperaba un desaguisado de estas características en Lyon tras una inmejorable puesta en escena y el dominio exhibido en los 16 primeros minutos gracias al 30-43 que reflejaba el marcador.

Un juego vertiginoso y el acierto exterior habían sometido con claridad hasta ese instante a la escuadra gala, pero entonces sobrevino el desastre. La mortífera pegada de Seljaas comenzó a resquebrajar la moral de un Baskonia que se diluyó como un azucarillo tras encajar un aterrador parcial de 18-2 hasta el descanso.

Las numerosas pérdidas de balón y el delirante cierre del rebote defensivo abrieron un socavón de dimensiones siderales. El Asvel empezó a campar a sus anchas al gozar en casi todos sus ataques de segundas y terceras opciones de tiro.

No solo quedaron señalados Diop y Samanic en una pintura huérfana de kilos y músculo, sino también otros jugadores exteriores –salvo Diallo– que no supieron arrimar el hombro en un momento de máxima dificultad.

El rendimiento azulgrana en las facetas menos vistosas fue ciertamente raquítico. Tan cierto es que varios jugadores de Galbiati hicieron números en ataque como que en defensa restaron lo que no está en los escritos y dieron todas las facilidades del mundo.

Las lesiones locales, intrascendentes

En líneas generales, faltó sacrificio, espíritu, alma y bajar el culo para poner en aprietos a un anfitrión tan limitado como el Asvel que difícilmente circulará a través de una alfombra roja como este viernes en las próximas jornadas de esta Euroliga.

Lo más sonrojante de la velada es que la escuadra francesa fue perdiendo a sus mejores exteriores por el camino debido a problemas físicos. Sin embargo, el Baskonia no dio señales de vida.

Harrison fue el primero en quedar fuera de combate tras dañarse el muslo en una entrada nada más iniciarse la segunda mitad y en la recta final del tercer cuarto el siguiente herido en las filas locales fue el incombustible De Colo.

Watson también estaba amenazado por su cuarta falta y cabe recordar que Poupet afrontaba la cita sin el concurso de Heurtel. Pues bien, pese a todos esos condicionantes tan desfavorables el Asvel fue capaz de sacar el partido adelante ante un Baskonia apocado, huérfano de chispa y encomendado a los impulsos individuales.

En dos partidos continentales, los alaveses ya han encajado la friolera de 204 puntos. Una sangría que conviene atajar cuanto antes para que los problemas no vayan en aumento.