El triple constituye una herramienta básica en el baloncesto moderno. Algunos equipos la utilizan de manera exagerada, pero corren tiempos en los que resulta imprescindible contar con especialistas desde la larga distancia para resolver los partidos que se complican. Y todo ello propiciado también por la orfandad de hombres grandes dominantes en la pintura.

Con jugadores más atléticos y versátiles, que ocupan cada vez más espacio, que llegan antes a todas partes y la cancha con los límites de siempre, el último tiro, el más cómodo, suele ser un triple. Hay demasiado tráfico en la zona, muchos brazos, y es relativamente sencillo proteger el aro. Y, si no, conviene pensar en la interminable figura de Walter Tavares.

Por ello, a nadie resulta extraño asistir a encuentros en los que algún equipo ejecuta la friolera de 40 lanzamientos desde más allá del 6,75. Es decir, uno o incluso más de uno por minuto. Todo hace indicar que esta marcada filosofía a la que se agarran los entrenadores ha venido para quedarse.

En el Baskonia de la temporada 2025-26, aún incompleto y a la espera de ser redondeado desde los despachos por parte de su nuevo arquitecto Xevi Pujol, sus cinco fichajes cuentan con muchas virtudes entre las que no destaca precisamente la amenaza exterior. Y ello puede ser un problema ante la soledad de un Markus Howard al que, por otro lado, Paolo Galbiati tratará de recuperar su versión más punzante en ataque.

Con el fin de no ser el único foco de atención para las defensas rivales, el killer estadounidense necesitará rodearse de buenos escuderos en esta materia tras la marcha de Nikos Rogkavopulos al Panathinaikos. Si algo conseguía durante los partidos el alero griego era ser una amenaza constante en el triple. Con el añadido de que armaba el brazo en muy pocas décimas y anotaba con su par prácticamente colgado del cuello.

Pues bien, a excepción de Clement Frisch, que promedió algo más de un 43% de acierto en la pasada edición de la LNB francesa en las filas del Nancy, Rafa Villar, Rodions Kurucs, Matteo Spagnolo y Hamidou Diallo vienen de una temporada en la que no han brillado especialmente a la hora de lucir su muñeca desde el 6,75.

Rafa Villar, un 17% en la ACB

Si bien han protagonizado rachas de acierto a lo largo de sus carreras deportivas, la creencia generalizada es que a todos ellos les cuesta ser efectivos desde la línea y en Vitoria deberán dar un paso al frente para que Galbiati extraiga su mejor versión.

Entre los bases, Villar promedió el pasado curso un 17% (8 de 47 triples) en la Liga ACB, mientras que los números de Spagnolo tampoco fueron para echar cohetes: 26,1% en la Euroliga (12 de 46) y 34,8 en la BBL alemana (23 de 61).

Con independencia de si el Baskonia afronta el fichaje de otro exterior con amenaza de tres, dos jugadores que deberán aportar su granito de arena en esta materia serán Forrest y Luwawu-Cabarrot

En el caso de Hamidou Diallo, un purasangre que aterrizará en Vitoria para elevar la temperatura física del equipo, sus porcentajes en la liga china tampoco fueron los mejores. Será un alero al que los rivales floten. De los 139 triples que intentó el atlético estadounidense con pasaporte cotonou, tan solo embocó 34 para un pobre 28,6% de eficacia.

Por último, Rodions Kurucs también buscará añadir durante su próxima etapa en Vitoria la variante del acierto triplista a sus registros ofensivos. En el UCAM Murcia viene de rubricar una campaña donde estuvo algo más atinado en la ACB (24 triples de 74 intentos para un 32,4% de acierto) que en la Champions League de la FIBA (18,5% de eficacia con apenas cinco dianas en 27 suspensiones).

Forrest y TLC, obligados a mejorar

Con independencia de si el Baskonia afronta el fichaje de otro exterior con amenaza de tres, dos jugadores que deberán aportar su granito de arena en esta materia serán Forrest y Luwawu-Cabarrot.

El base estadounidense no llegó hace un año a Vitoria con fama de ser un anotador compulsivo desde la línea del 6,75, pero en la Euroliga consiguió casi un 45% de pegada (38 de 85). En el caso del alero francés, estuvo más atinado en la ACB que en el torneo continental con un 40% de acierto (51 de 129 triples).