Peppe Poeta es el entrenador de moda en Italia. En su primer experiencia al frente de un equipo de élite tras curtirse como asistente a la sombra de Ettore Messina en el Armani, quien fuera jugador del Baskonia durante parte de la temporada 2013-14 ha roto moldes.
El italiano ha clasificado al modesto Germani Brescia para la final de la Lega italiana tras dejar en la cuneta en primera instancia al Trieste y más tarde al Trapani Shark. Ahora espera rival para poder levantar el título entre los dos colosos del baloncesto transalpino como la Virtus y el Armani, cuya serie de semifinales marcha igualada a una victoria.
La misión de Peppe Poeta al sustituir a Alessandro Magro, que se marchó al Wolves Vilnius lituano el pasado verano, implicaba una gran dificultad, ya que el Brescia venía de completar una gran campaña al terminar tercero en la Serie A.
El exazulgrana, que renovó en mitad de esta temporada hasta 2027 tras su gran hacer en el banquillo, no solo ha logrado mantener el óptimo rendimiento de un equipo con medios limitados sino que incluso lo ha llevado un paso más allá planteando un baloncesto muy ofensivo y vistoso que le ha reportado inmejorables resultados.
Poeta ha planteado un juego de tantas revoluciones en ataque que le ha permitido al Brescia superar los 90 puntos de media en la presente temporada. Gracias a ese baloncesto que contagia al espectador, ya ha logrado algo que parecía imposible como el billete para la final de la Liga italiana.
Sin embargo, Poeta no quiere parar aquí y ahora buscará el título. Con el añadido de que si su rival es el Armani, su equipo dispondrá de la ventaja de campo en la batalla por ser el monarca de una de las ligas europeas más potentes.
"Estamos muy contentos, soy el entrenador más afortunado del mundo por tener a este equipo", aseguró el exbaskonista nada más hacer realidad el sueño del Germani Brescia, una coqueta ciudad del norte de la región de Lombardía.