El Baskonia volvió a las andadas lejos del Buesa Arena y encajó una aplastante derrota a manos del Armani Milán con la que cierra su participación en la Euroliga con un amargo sabor de boca. A pesar de la intrascendencia del encuentro, los alaveses tenían la oportunidad de escalar un puesto en la clasificación para aumentar su premio económico, mejorar sus sensaciones a domicilio y encadenar por primera vez en la temporada tres victorias consecutivas, pero fue incapaz.

Los italianos, plagados de bajas de peso –no jugaron Nebo, Shields, Dimitrijevic, Causeur y Bolmaro–, mostraron mayor concentración y ganas de conseguir la victoria que los vitorianos y, comandados por unos entonados Mirotic y LeDay, comenzaron a poner pronto tierra de por medio y a los 17 minutos de juego dejaron el choque sentenciado con una significativa renta de 31 puntos.

Con el habitual quinteto titular de Laso formado por Forrest, Howard, Sedekerskis, Moneke y Diop, el Baskonia se nutrió durante los primeros minutos de los balones interiores a Diop y Moneke, que aprovecharon la falta de intimidadores por dentro del Armani, con LeDay y Mirotic como interiores. La falta de alicientes del encuentro, más allá del mordisco económico, se notó en la falta de tensión defensiva, con ambos equipos con la mente ya puesta en la liga doméstica.

Por ello, fueron las acciones ofensivas las que predominaron y el elevado acierto en el triple del Armani Milán a partir del 6-7 inicial con protagonismo para LeDay, Mirotic y Brooks hizo que los italianos alcanzaran una importante renta de 17 puntos (29-12) a los ocho minutos de juego. La entrada de Savkov a cancha confirmó la poca trascendencia que le dieron los alaveses al choque, a pesar de lo cual lograron recortar diferencias al final de su pobre primer cuarto gracias a una acción de tres más uno de Luwawu-Cabarrot (31-18).

No cambió el guion en el arranque del segundo parcial, ya que el Armani Milán, esta vez por medio de Flaccadori, siguió castigando con triples la pasiva defensa azulgrana y, las pocas veces en las que no contó con la posibilidad de lanzar liberado, estuvo más enérgico que el conjunto gasteiztarra para recoger el rebote ofensivo o encontró una autopista para llegar hasta el aro.

Tampoco funcionó nada en el lado ofensivo para los visitantes, que no tuvieron la claridad de ideas mostrada en los dos encuentros en casa de la semana pasada ni el deseo de hacer algo de daño a los italianos. Un parcial de 14-0 durante el que el Baskonia se ausentó por completo del encuentro puso el 50-23 en el marcador a los 15 minutos de juego, algo que reflejaba perfectamente la brecha entre uno y otro equipo tanto por acierto como por competitividad.

Un quinteto con Moneke como pívot sirvió para equilibrar la mayor agilidad de los quintetos pequeños del Armani, pero la diferencia, que llegó a ser de 31 puntos, siguió siendo sangrante al descanso con el 62-35.

Desenlace sin historia

Mucho tenían que cambiar las cosas tras el paso por los vestuarios para que los alaveses lograran darle algo de emoción al partido, pero el amago de reacción al recortar cuatro puntos con las canastas de Howard y Diop apenas duró un par de minutos, ya que tras el 65-42, Mirotic y LeDay, que protagonizaron sendas exhibiciones, elevaron la diferencia hasta una máxima de 33 puntos con el 77-44.

Tras ello y con el sino del partido ya decidido, el Armani se relajó ligeramente, el Baskonia se esforzó algo más en sus tareas defensivas y Forrest conectó con Howard, Samanic y Hall para encadenar un parcial de 2-13, dar al fin la sensación de estar mínimamente concentrados y cerrar el tercer cuarto con una diferencia menos aparatosa (82-61).

Fue el mejor momento de los vitorianos en una noche para olvidar, ya que en el último cuarto ambos conjuntos se dejaron llevar y los diez minutos no sirvieron más que para que algunos jugadores como Brooks y Samanic maquillaran su hoja de estadísticas y Messina introdujera al joven Lonati en busca de una canasta que no consiguió. Al final, justo triunfo de los locales por 111-89. No queda otra que olvidar la cita rápido y centrarse en la visita al UCAM, en la que el cansancio no será excusa tras el mínimo esfuerzo realizado en Milán.