La Euroliga 2024-25 no dejará a buen seguro un buen sabor de boca en los aficionados baskonistas. Las 14 victorias facturadas en esta edición continental quedan muy lejos del mejor registro azulgrana desde el cambio de formato con 18 equipos instaurado en la temporada 2019-20.

A la hora de la verdad, la escuadra alavesa ha estado muy lejos de los mejores y prácticamente en ningún instante ha dispuesto de opciones reales de optar al play in, un objetivo plagado de espinas que en esta ocasión no ha podido verse satisfecho ante la certeza de que había plantillas mucho más compactas, largas y estables.

Tras haber sido capaz de ganar únicamente dos partidos a domicilio –en Kaunas ante el Zalgiris y en Belgrado frente al Maccabi– y no haber encadenado tres triunfos seguidos, el Baskonia ha rubricado definitivamente el peor balance en la Euroliga moderna.

En tres de los cinco ejercicios desde que los rectores continentales convirtieron la fase regular en una auténtica maratón y el desgaste tanto físico como mental vivió una vuelta de tuerca, el cuadro vitoriano finalizó su andadura con un balance de 18 victorias y 16 derrotas.

Dicha cifra le permitió el pasado ejercicio alcanzar el octavo puesto y jugar el recién estrenado play in. Sin embargo, hace dos años, con Joan Peñarroya en el banquillo durante el curso 2022-23, este mismo balance dejó al Baskonia en la novena plaza y fuera de la zona noble. Una situación similar a la vivida durante la campaña 2020-21 con Dusko Ivanovic, en la que el Baskonia tampoco alcanzó los cruces previos a la Final a Cuatro al acabar la fase regular en décima posición.

También hay que remarcar que las dos temporadas restantes en las que el Baskonia tan solo logró 12 triunfos fueron incompletas. De hecho, no se llegaron a disputar los 34 partidos, en un caso por la expulsión de los equipos rusos del torneo y en el otro tras paralizarse la competición por la pandemia del coronavirus.

En ambas ocasiones, el Baskonia figuraba en la tabla clasificatoria por encima del decimocuarto puesto en el que acabará ahora. De haber ganado este jueves, podría haber subido un escalón si el Zalgiris perdía en Estambul ante el Efes.

Eso sí, Pablo Laso se mostró la semana pasada “orgulloso” del papel del Baskonia en esta Euroliga cuya última entrega en Milán no pudo resultar más descorazonadora. Huérfano de la más mínima tensión competitiva y con la cabeza en el decisivo partido liguero del sábado en Murcia, la formación alavesa se dejó llevar de mala manera encajando una desmedida cantidad de puntos.

El entrenador vitoriano repartió equitativamente los minutos entre todos los miembros de su plantilla para no castigar más de la cuenta las piernas de nadie. Salvo los chispazos de talento con la firma de Samanic y los ramalazos de orgullo protagonizados por Diop y Rogkavopoulos, el partido no dejó nada positivo.