El técnico del Baskonia, Pablo Laso, avisó en rueda de prensa de la dificultad que conllevará el duelo contra el Zalgiris de este jueves en el Buesa Arena a pesar de haberse impuesto en el duelo de la primera vuelta. "Allí jugamos uno de nuestros mejores segundos tiempos de la temporada. Controlamos el marcador, generamos buenos tiros abiertos y conseguimos una victoria merecida en un campo muy difícil. Vamos a necesitar volver a jugar a ese nivel y estar acertados para tener opciones", adelantó el técnico.

El preparador azulgrana recordó que el Zalgiris "viene de realizar un gran partido en la Euroliga contra el Estrella Roja" y que encadena cinco victorias consecutivas entre ambas competiciones. "Tienen una base de jugadores lituanos que se conocen desde hace muchos años y les hace ser muy estables, algo que complementan bien con movimientos de alto nivel en el mercado como Smailagic, Dunston o Francisco", destacó, aunque lo que más le impresiona es su "solidez defensiva".

No en vano, es el equipo que menos puntos encaja de la Euroliga. "Jugar contra ellos va a ser muy exigente mental y físicamente. Me sorprende para bien lo ordenados que son defensivamente y luego cuentan con individualidades como Francisco que pueden resolver partidos. Lo conozco bien de mi etapa en el Bayern y sé lo que es capaz de hacer", aseguró.

Motivos de la inconsistencia

En ese sentido, opina que el Zalgiris "es un equipo muy distinto al Baskonia", que se está mostrando menos consistente. "Nosotros somos un equipo diferente, con máximos muy buenos y mínimos muy malos, y eso es algo que me preocupa como entrenador, estamos trabajando para que esos mínimos sean lo menos frecuentes posibles. Ante el Partizan, por ejemplo, tuvimos unos minutos muy malos que provocaron que los tramos meritorios que hicimos en una cancha tan complicada no lucieran", lamentó el vitoriano.

En cuanto a los motivos de esos altibajos, Laso opina que "en muchas ocasiones es el individualismo lo que pierde al equipo". "Parece algo que suena mal y el individualismo en sí no tiene por qué serlo. Simplemente, a veces quieres arreglar algo y no vales, nos lastra esa sensación. Igual quiero arreglar un grifo en casa, pero lo que tengo que hacer es llamar al fontanero. Es en esos momentos de dificultad en los que tenemos que encontrarnos con el equipo, pienso que la labor colectiva es la que nos tiene que sacar de esos mínimos", argumentó.

Baldwin, aún apartado

En el capítulo de ausencias, Laso adelantó que Kamar Baldwin no llegará a tiempo para medirse al Zalgiris, por lo que su regreso deberá esperar al menos hasta el domingo. "Estamos apurando y realizando trabajo de recuperación, pero sería mucho forzar este jueves. Howard, por su parte, ha entrenado con normalidad. Hizo un esfuerzo para ayudarnos el domingo tras sufrir un fuerte esguince en Belgrado y este martes y miércoles ha podido trabajar bien, así que en principio jugará sin problema", apuntó.

El entrenador alavés reconoció que la baja de Baldwin está suponiendo un quebradero de cabeza en su planteamiento y que está teniendo que realizar ajustes como situar a Luwawu-Cabarrot en el puesto de escolta y dar más minutos a Jaramaz en la rotación, pero no quiere que sirva como excusa: "La ausencia de Kamar y de cualquier jugador te trastoca los planes. Con este calendario, estamos obligados a estar pendientes de estos ajustes y por eso es importante contar con jugadores polivalentes como Tim. En cualquier caso, no debe ser una excusa, sino una oportunidad para el resto del equipo de dar un paso adelante".

Victoria obligada

Por último, Laso terminó su intervención destacando la gran importancia que tienen los duelos de esta semana en casa contra el Zalgiris y el Gran Canaria. "Tenemos que ganar los dos, sinceramente. Si queremos seguir teniendo opciones de estar en el play in de Euroliga y el play off de ACB tenemos que ganar. Si perdemos los dos no estaríamos fuera, pero sí que lo tendríamos mucho más difícil", avisó.

Por ello, espera que el entrenamiento a puertas abiertas realizado el pasado martes inyecte motivación en sus jugadores. "Ver a los chavales con esa ilusión alegra a los jugadores. La respuesta fue magnífica y a mí personalmente me motiva el sentir ese apoyo. Estábamos antes en el vestuario y había carteles y pancartas que trajeron los niños", destacó. El Buesa Arena, donde el Baskonia acumula cinco triunfos seguidos, seguro que vuelve a responder este jueves y estará en manos del equipo convertir ese aliento en un triunfo.