El Valencia Basket pintó la cara al Baskonia. La superioridad del cuadro taronja permitió ver todas las carencias del conjunto vitoriano que hizo aguas por todas partes. Ni defensa, ni juego en equipo, superado en el rebote bajo su propio aro, sin la aportación de Markus Howard en los momentos en los que aún había algo en juego, lastrado por el exceso de individualidades...
La lista de problemas es amplia. Muy, muy amplia. El conjunto azulgrana fue atropellado por un rival que se deshizo de la escuadra gasteiztarra con una facilidad pasmosa. Los de Pedro Martínez jugaron con el Baskonia como si fuera un juguete roto.
Demasiadas losas para intentar plantar cara a un Valencia Basket que juega de maravilla y que supo aprovechar todas las facilidades dadas por los de Laso durante el encuentro.
El resultado final así lo confirma. El Valencia Basket anotó la friolera de ¡¡¡116 puntos!!! Queda claro que el trabajo colectivo atrás fue malo. Muy, muy malo.
Durante todo el partido además. El cuadro 'taronja' consiguió anotar 25 puntos en el primer cuarto, 26 en el segundo, ¡¡¡36!!! en un tercero que desarboló por completo al Baskonia y otros 29 en el último. Ni un cuarto consiguió dejar la escuadra gasteiztarra por debajo de 20 puntos a su rival. Sintomático.
El Valencia Basket anotaba con facilidad gracias a la conexión de sus jugadores. Puntos de un jugador del cuadro levantino sin oposición alguna o merced a un tiro liberado tras haber movido bien el balón.
Diferencia abismal en el triple
Ver cómo llegaban los lanzamientos triples de uno y otro equipo dejaban bien claro cómo atacaba un equipo y cómo lo hacía el otro. Los lanzamientos desde el arco del Valencia Basket se producían tras mover la pelota de un lado a otro, desgastar la defensa azulgrana y una vez que el tirador se encontraba liberado.
Los triples del Baskonia eran fruto de la improvisación, de no quedar otro remedio tras agotarse la posesión o de la anarquía de varios de sus jugadores que según llegaban botando a la línea de 6,75 metros lanzaban
Por su parte, los triples del Baskonia eran fruto de la improvisación, de no quedar otro remedio tras agotarse la posesión tras no hacer otra cosa que botar y botar o de la anarquía de varios de sus jugadores que según llegaban botando a la línea de 6,75 metros decidían armar el brazo. Sin noticias del juego colectivo.
Así no es de extrañar los porcentajes logrados por uno y otro equipo. El Baskonia, pese a que maquilló sus números en los compases finales se quedó en un 41% (14/34), mientras que el Valencia Basket se fue hasta un espectacular 48% (19/39).
El rebote ofensivo
Además, si fallaban alguno de sus lanzamientos, bien de tres o cerca del aro, ahí estaban para coger un rebote ofensivo para seguir haciendo daño. 44 fueron los rebotes que cogió el cuadro taronja, 13 de ellos bajo el aro del Baskonia.
Rebotes que el Valencia Basket no desaprovechó y consiguió anotar gracias a segundas y hasta terceras oportunidades. Si a eso le añadimos el mal día de Howard, que no tiró hasta la segunda mitad y que no consiguió su primera canasta hasta el minuto 27:19, parece complicado plantar cara a cualquiera y menos a un equipo como el Valencia Basket.
Los arranques del segundo cuarto y del tercero fueron horribes. En ambos casos, los de Laso encajaron un parcial de 0-8 en menos de tres minutos. Desolador.
A todo ello hay que añadir los fatídicos apagones que sufre el Baskonia cada vez de forma más habitual. Los arranques del segundo cuarto y del tercero fueron horribes. En ambos casos, los de Laso encajaron un parcial de 0-8 en menos de tres minutos. Desolador.
Los números así lo confirman. La valoración de la escuadra gasteiztarra en ese fatídico tercer cuarto fue de tan solo 21 puntos por 54 del rival. Una diferencia abismal. La del final del partido sirve para sacar aún más los colores a un conjunto azulgrana desdibujado.
Y es que el Valencia Basket acabó el partido con 155 créditos en este apartado estadístico, por los 91 de un Baskonia, que alcanzó dichos registros tras maquillar sus números en los minutos de la basura.
Tan mal lo vería Laso, sobrepasado por la superioridad del rival, que no pidió ni un tiempo muerto en una segunda mitad en la que se volvieron a escuchar los pitos de la grada del Buesa a un equipo que una vez más volvió a mostrar todos los males que lleva padeciendo desde el principio de temporada.