Al borde del sonrojo. El Baskonia se hizo con un triunfo sufrido, sufridísimo ante un Lleida que le puso contra las cuerdas durante muchos minutos. El conjunto azulgrana consiguió salvar un día gris gracias al acierto estratosférico de un Howard autor de 38 puntos (su récord), 16 de ellos en un tercer cuarto excelente en el que los de Laso consiguieron remontar 14 puntos abajo gracias al acierto de su compulsivo anotador.
Sin defensa, sin fluidez durante muchas fases del partido y jugando a tirones, el cuadro azulgrana consiguió llevarse el triunfo en un más que discreto partido en el que el conjunto catalán le sacó los colores durante muchos minutos del duelo.
El arranque del partido ya no invitaba al optimismo. Un Baskonia sin chispa iba siempre a remolque de un Lleida muy serio, que sabía cómo hurgar en la herida del conjunto azulgrana. El cuadro catalán maniataba atrás a un espeso y falto de ideas conjunto vitoriano, que trataba de sobrevivir de sus individualidades.
Sin generar juego, mucho individualismo
Demasiado individualismo. La falta de fluidez del cuadro azulgrana le condenaba en cada ataque estático. Costaba un mundo anotar y los puntos del conjunto gasteiztarra llegaban a cuentagotas merced al talento de alguno de sus jugadores o de un lanzamiento exterior de Howard.
Poco más. Sufrimiento excesivo en ataque ante un recién ascendido como el Lleida para generar juego y padecimiento también atrás para frenar sus embestidas.
Así no es de extrañar que el cuadro catalán fuera por delante toda la primera parte, salvo el 3-0 inicial tras un triple de Howard. Más sólido, con las ideas más claras que un Baskonia gris y que en defensa llegaba siempre tarde a sujetar a sus pares.
El Lleida sabía cómo mover a los hombres de Laso en sus ataques y encontraba siempre a sus lanzadores libres de marca para acribillar el aro del Baskonia desde los 6,75 metros o bien desde cerca del aro tras capturar el rebote. Más intenso. Así no es de extrañar que llegaran a escaparse hasta los 14 puntos (22-36) a los tres minutos del segundo cuarto.
Howard y poco más
El Baskonia estaba desesperado, sobrevivía gracias al acierto de un Howard, al que se le vio muy revolucionado y que se ganó una técnica por protestar mediado el segundo cuarto tras sacar la pierna en un lanzamiento triple, pero que no tenía muchos más argumentos en cancha para imponerse a un Lleida que seguía a lo suyo.
Bozic hacía daño con sus penetraciones. Bien anotando tras superar la blanda defensa de sus pares, sacando falta, asistiendo para unos interiores que camparon a sus anchas por la pintura azulgrana ante el mal día de Hall y Diop o sacando el balón fuera para que los francotiradores del Lleida acribillasen al Baskonia desde la larga distancia.
Ahí estaban Bropleh con un 1/3 en triples, Muric (2/4), Caicedo (1/1) y Hasbrouck (2/2) provocando una sangría en la primera parte desde el arco.
Y si fallaban, no era de extrañar que gozaran de segundas oportunidades tras capturar un rebote ofensivo. Hasta siete balones le robaron al Baskonia bajo su propio aro, lo que propició una más que inquietante desventaja de 14 puntos en el minuto 16 (26-40).
La escuadra gasteiztarra había recibido la friolera de 40 puntos en tan solo 16 minutos, mientras que tan solo llevaba 26. Escaso. Muy escaso. Lógico si ya para esas alturas, el inquilino del Buesa había perdido 9 balones. Sudores fríos.
Forrest enciende la mecha
Al menos, el Baskonia demostró garra. Sin brillantez sacó corazón. La aparición de Forrest prendió la mecha de la remontada. En un visto y no visto, el director de juego estadounidense se echó el equipo a la espalda. Pese a no destacar por ser un generador de puntos para sus compañeros –una asistencia en la primera parte– fue capaz de aportar los suyos –13 en esos tres minutos finales– gracias a su verticalidad.
Además, su intensidad defensiva le permitió robar tres balones en los últimos tres minutos de esa primera mitad, en la que lideró un parcial de 21-8, que devolvió la igualdad al partido (47-48). Las espadas seguían en todo lo alto.
Sin embargo, poco le duró la alegría al Baskonia. Una técnica a Moneke caminó de los vestuarios y dos triples seguidos del Lleida en el arranque permitieron al conjunto catalán lograr un parcial de 0-7 en un minuto (47-55). De nuevo a remolque. Al menos, un parcial de 10-2, liderado de nuevo por Forrest, le metió otra vez en el partido (57-57).
Sufriendo mucho. A tirones y con falta de continuidad. Tras el chsipazo, llegaba el apagón. Un 2-9 en contra en un visto y no visto (59-66) y de nuevo tocaba apelar a la épica o a las acciones individuales.
Ahí apareció Howard para completar la remontada en menos de un minuto gracias a dos triples estratosféricos, el segundo tras los dos tiros libres anotados por Jaramaz fruto de una antideportiva de Bozic (67-66). Por delante al fin de nuevo. 28 minutos había necesitado el Baskonia. Sufriendo.
La bestia despertó de su letargo. Un parcial de 23-4 en los últimos cinco minutos del tercer cuarto, presididor por un Howard imperial (8/14 en triples a esas alturas de partido), puso ya el duelo cuesta abajo para el Baskonia (82-70).
Eso sí, el Lleida no se iba a rendir tan fácilmente, pese a verse 16 abajo a falta de 8 minutos (89-73).
El combativo conjunto catalán consiguió volver a meter el miedo en el cuerpo con un parcial de 2-13 (91-85). Tocaba seguir remando. Más sufrimiento y gracias a que Bozic falló un tiro libre para empatar. Fue agónico hasta el 100-99 final, fruto de una incomprensible relajación final.
Esta vez la moneda salió cara, de nuevo con el truco final de Moneke desde el tiro libre, pero las dudas sobre el juego del Baskonia siguen ahí.