El Baskonia salvó los muebles tras derrotar con agonía al combativo Lleida, que puso contra las cuerdas a un anfitrión sin colmillo para dejar encarrilada la victoria tras su inexplicable desconexión en el epílogo. En cualquier caso, los de Pablo Laso mejoran su andadura en el campeonato doméstico con el tercer triunfo y eso que, hasta el descanso, la sensación que se respiraba en el Buesa Arena fue más bien la de un equipo adormilado que pagó muy caro su ausencia de recursos defensivos.
El talento nato –sumado a la fortuna en el rebote del último tiro libre– fue lo que desequilibró la balanza entre el gran trabajo colectivo del Lleida y el discreto papel del Baskonia. Entre el olfato en los robos de Forrest (logró cuatro recuperaciones) y el instinto asesino de Howard, los azulgranas despertaron de su letargo en el segundo tiempo y sellaron a la postre una victoria tan demandada como sufrida.
Desde luego que el duelo de ayer frente al Lleida no pasará a la historia como una de las exhibiciones baloncestísticas que se recuerden por parte del Baskonia. El Lleida, sin complejo alguno, fue superior durante el primer tiempo y el conjunto vitoriano sufrió de lo lindo en la lucha por el rebote.
Ni Donta Hall ni Khalifa Diop fueron capaces de superar en la lucha debajo de los tableros al veterano Oriola, quien surtió con suma facilidad segundas jugadas a sus compañeros. Tampoco hubo lucidez en el juego en estático y durante buena parte de la contienda el rictus del Baskonia fue similar al mostrado en las últimas jornadas.
Pero en esta ocasión, a diferencia de las derrotas frente al Barcelona, Gran Canaria y Paris, la volcánica capacidad anotadora de Howard bastó para derrotar al combativo Lleida. El de Morristown, de hecho, estableció su mejor marca anotadora en ACB. Superó por un punto los 37 logrados frente al Covirán Granada el pasado mes de marzo.
Markus Howard se puso el mono de trabajo en el tercer cuarto. El Baskonia necesitaba un paso al frente por parte de uno de sus grandes bastiones ofensivos. Gran parte de la anotación azulgrana se había limitado a las recurrentes penetraciones al aro por parte de Trent Forrest.
Eso sí, Howard recordó al de los mejores tiempos. Sus últimas semanas no constituían ni mucho menos una versión reconocible en él. No lo está teniendo fácil para marcar las diferencias entre las duras defensas a las que es sometido y la dificultad para que pueda gozar de buenas posiciones de tiro. Pero esta vez el escolta azulgrana exhibió su colmillo afilado y firmó 16 puntos en el tercer cuarto.
Su letal capacidad anotadora, de sobra conocida por la parroquia azulgrana, desató la locura en el Buesa. Y su récord personal pudo haber dejado sellada antes la victoria, pero el Lleida no dio su brazo a torcer hasta el final y el Baskonia acabó al borde de sufrir otro sonrojo en el campeonato doméstico.