El pasado viernes el Baskonia resurgió de sus cenizas. Un equipo grogui y con pinta de ser noqueado se levantó de la lona. El soplo de aire fresco que trajo la llegada al banquillo de Dusko Ivanovic permitió al conjunto azulgrana alzar ligeramente el vuelo. No estaba muerto. Renació cuando peor estaba la situación. Un paso adelante. Hay que dar más.
El preparador balcánico lo tiene claro y así lo hizo saber al término del choque ante el Partizan cuando fue preguntado sobre si la victoria frente al conjunto serbio y el buen juego mostrado les iba a servir para ganar en confianza. “Ha sido solo un partido. El domingo hay otro”, aseguró entonces.
Hay que seguir dando pasos para afianzar esa confianza y continuar creciendo. Esta tarde, la tropa de Ivanovic busca consolidar su autoestima con una nueva victoria ante un Gran Canaria que llega al Buesa, inmerso en un mar de dudas.
Un flojo rival lejos de casa
El conjunto isleño se está mostrando muy irregular en este arranque de temporada.
De momento, en la ACB han sumado tres victorias y ya han encajado cuatro derrotas, una ante el amparo de su público y las tres restantes a domicilio, donde baja muchos enteros.
Y es que el conjunto adiestrado por Jaka Lakovic aún no conoce la victoria fuera y este curso ha caído en Girona (88-64), Badalona frente al Joventut (89-75) y Murcia, donde recibió un severo varapalo tras caer por 26 puntos (95-69).
La escuadra amarilla lleva un -64 en sus duelos a domicilio en la competición doméstica. Un -21 por partido que habla bien a las claras de la diferencia que existe entre el notable Gran Canaria cuando actúa ante el abrigo de su público y el que rinde muy por debajo de lo esperado lejos de la isla.
Buena prueba de ello, es que en casa tan solo ha perdido ante el Barça tras un disputado partido (73-83), mientras que, de una u otra manera, ha sido capaz de sacar los tres partidos restantes –Manresa (97-92), Unicaja (76-69) y la pasada jornada Obradoiro (87-80)–.
Además, el Gran Canaria afrontará el partido de esta tarde en el Buesa Arena con la baja de John Shurna.
El alapívot estadounidense sufre una rotura del gemelo interno y del sóleo de la pierna izquierda y estará unas semanas en el dique seco.
Sin Shurna, pero con Brussino...
Desde luego, se trata de una sensible baja para el Gran Canaria, habida cuenta de que el interior norteamericano es un jugador importante en la rotación del conjunto isleño. Shurna promedia en este inicio de temporada 4 puntos, 3,4 rebotes, 0,9 asistencias y 5,1 de valoración.
Sin embargo, los principales peligros para el Baskonia residen en el argentino Nico Brussino, motor anotador de los amarillos con 13,1 puntos por partido, además de 3,1 rebotes, 1,4 asistencias, 1,9 robos y 14,1 de valoración y la pareja interior formada por Ben Lammers y Ethan Happ, muy activos en las dos pinturas.
El primero promedia 9,9 puntos, 4 rebotes, 1,6 asistencias y 10,6 de valoración, mientras que el segundo ha anotado de media hasta la fecha en la ACB, 7,4 puntos, ha cogido 4 rebotes, repartido 1,1 asistencias y presenta una valoración de 8,5.
El quinto vértice de este Gran Canaria es el veterano base AJ Slaughter. Un notable director de juego como lo avalan sus 2,7 asistencias por duelo, con capacidad para sumir el liderazgo y anotar en los momentos en los que su equipo se atasca como lo demuestran sus 10,6 puntos por partido, registro que le permite ser el segundo mejor en este aspecto del Gran Canaria en la ACB.
Este grupo de jugadores es el principal foco en el que debe tener la vista puesta un Baskonia, que de nuevo afrontará el encuentro mermado por las bajas.
El técnico azulgrana recuperó el pasado viernes a Chima Moneke, crucial en la victoria ante los serbios, y también tendrá disponible a Dani Díez.
Con la baja segura de Nikos Rogkavopoulos, es probable que Khalifa Diop y Nico Mannion tampoco salten al parqué hasta recuperarse por completo de sus problemas.
Al menos, la llegada de Chiozza, además de dotar al Baskonia de ese ansiado generador de juego, le permitirá contar con una rotación más con la que dosificar a un plantel que lleva varias semanas pegándose auténticas palizas al haber acumulado muchos minutos en las piernas por culpa de las lesiones. Un poco más de aire. Oxígeno con el que dar un nuevo paso. Es lo que toca. Seguir creciendo.
