El Baskonia inauguró la cuarta etapa de Dusko Ivanovic de la mejor manera posible, con una emocionante victoria contra el Partizan en el que el equipo mostró el carácter que había perdido en las últimas citas, compitió con una actitud diferente y logró imponerse en un final de infarto gracias a dos tiros libres de Moneke a un segundo del final.

Para su reestreno al frente del banquillo azulgrana, Ivanovic, que no pudo contar con Mannion, Diop ni Rogkavopoulos, apostó de inicio por un quinteto formado por Miller-McIntyre, Howard, Raieste, Sedekerskis y Costello como cinco. El conjunto azulgrana entró al partido con una energía diferente a la de los cinco encuentros anteriores, más liberado en ataque y buscando penetrar hacia el aro rival siempre que surgía la oportunidad. Especialmente destacable fue el trabajo de Sedekerskis en los primeros minutos, en los que elevó el tono físico en defensa, trabajó duro en el rebote y sumó siete puntos consecutivos para su equipo. Llegó a tener una ventaja de cinco puntos el Baskonia en varias ocasiones, pero algunos errores defensivos por falta de comunicación o desajustes facilitaron que el Partizan se agarrara al encuentro y se llegara al final del primer cuarto con todo igualado (23-23).

En la reanudación, Vukcevic, que ya había estado bien en los diez minutos iniciales, alejó al Partizan en el marcador con seis puntos seguidos, pero el Baskonia siguió trabajando y con un omnipresente Miller-McIntyre corriendo la cancha y generando buenas situaciones para sus compañeros logró responder con un vertiginoso parcial de 15-0 con cinco puntos del base y otros cinco de Moneke (38-29). El Partizan buscó soluciones enviando balones interiores y logró poner fin a la racha azulgrana con las penetraciones de Leday y Nunnally, pero el Baskonia siguió anotando con continuidad y logró marcharse al descanso con una ventaja de seis puntos (48-42) gracias a dos tiros libres de Miller-McIntyre.

Acto de fe

Al regreso de vestuarios, el cuadro local golpeó primero y recuperó su renta de nueve puntos con una acción de canasta y tiro libre adicional de Kotsar, aunque la ventaja se esfumó en cuestión de minutos. Las pérdidas azulgranas y la falta de acierto en el lanzamiento concedieron al Partizan la posibilidad de correr la cancha como lo hizo el Baskonia en el segundo cuarto, y entre Leday, Andjusic y Jaramaz, que aprovechó su superioridad de centímetros frente a los exteriores vitorianos, encadenaron un parcial de 2-16 con el que los de Belgrado le dieron la vuelta al encuentro y se situaron con una ventaja de 55-61. La brecha llegó a alcanzar los ocho tantos tras un triple de Nunnally, que hizo mucho daño desde el perímetro, aunque afortunadamente el Baskonia logró cerrar el tercer cuarto con tres tiros libres de Marinkovic, una buena penetración de Moneke y un taponazo del propio ala-pívot a Vukcevic para llegar al parcial decisivo con un 63-66 y todo por decidir.

En el arranque del último cuarto, el Baskonia, pese a su buena labor en defensa con los cambios automáticos, comenzó a acusar el esfuerzo realizado con una serie de errores en los envíos en jugadas aparentemente sencilla que dieron oxígeno al Partizan. El conjunto dirigido por Obradovic, sin realizar un juego brillante, se encontró con canastas fáciles y estiró su ventaja hasta los siete puntos con el 65-72. Fue entonces cuando apareció el de siempre. Howard, que estaba completando una actuación discreta y que llevaba un 0/6 desde el perímetro en los tres primeros cuartos, dio un paso al frente y anotó ocho puntos consecutivos para los locales con dos triples punteados para acercar al Baskonia a solo dos puntos con el 73-75 a falta de cuatro minutos y medio para el final. El Buesa Arena se encendió y los alaveses aprovecharon el momento para adelantarse con un triple de Marinkovic, dos tiros libres de Tadas y un mate tras robo de Miller-McIntyre (80-77).

Jaramaz, asumiendo responsabilidad en los últimos minutos, igualó con un triple y Moneke volvió a adelantar al Baskonia tras un rebote ofensivo a un minuto del final. Una extraordinaria defensa azulgrana a 40 segundos del final forzó que perdiera la posesión el Partizan y cuando el pabellón casi celebraba el triunfo llegó una canasta de dos más uno de Nunnally en transición a 13 segundos del final. En la última posesión local, Miller-McIntyre falló un triple liberado, pero Moneke se vistió de héroe al recoger el rebote ofensivo y forzar la falta de Jaramaz a un segundo del final. Pese a la presión y al juego psicológico de Nunnally, el interior azulgrana, con mucha sangre fría, anotó los dos tiros libres y dio al Baskonia un triunfo épico con el que inaugurar la nueva era de Dusko. Imposible pensar en un mejor homenaje en el día en el que se retiró la camiseta de Scola.

Estadística del Baskonia

Estadística del Partizan