El Baskonia camina hacia el segundo mes de la temporada con la moral fortalecida tras el reciente triunfo logrado ante el Granada. Los de Peñarroya mantienen la filosofía de juego del pasado curso con el añadido de varios matices como el poderío físico de Chima Moneke y Khalifa Diop, dos protagonistas del mercado estival. 

No obstante, quien de momento no se ha aclimatado a la idiosincrasia del técnico baskonista es Nikos Rogkavopoulos, pues su contribución ofensiva en el conjunto vitoriano no ha sido la esperada en este arranque de temporada. El fichaje de presente y futuro realizado por el Baskonia en el pasado mercado estival todavía no se ha adaptado a las elevadas exigencias del conjunto vitoriano y está pagando el peaje del salto a un equipo de miras tan ambiciosas.

En la reciente victoria ante el Granada, el alero heleno dio la sensación de no encontrarse a sí mismo sobre la cancha y finalizó el partido con una valoración negativa. Pese a ser uno de los elegidos en el quinteto inicial, se vislumbró a un Rogkavopoulos sin atrevimiento de cara al aro, al contrario de la versión que mostró en el Merkezefendi turco donde era capitán general.

El protagonismo que asume Rogkavopoulos no es el mismo en el universo azulgrana. En el conjunto turco él era una de las referencias ofensivas y, además de sumar un generoso montante de minutos, la mayoría de ataques pasaban por sus manos. Es por ello que en la pasada temporada promedió 15,4 puntos en los 24 compromisos correspondientes a la liga doméstica.

Sus cifras en este primer mes de campaña arrojan la sensación de que Rogkavopoulos sigue inmerso en un arduo proceso de adaptación. En los cuatro compromisos correspondientes a la ACB, el griego promedia 5,3 puntos en los 16 minutos disputados por encuentro, unos registros que no se corresponden con su potencial anotador.  

Rogkavopoulos anotó cuatro puntos en su estreno en Euroliga ante el Real Madrid. Aquella actuación fue un claro síntoma de la falta de compenetración con el resto de sus compañeros, pues no acabó de hilvanar jugadas en estático y tampoco pudo asumir riesgos en la anotación. Sus aptitudes, no en vano, quedan fuera de cualquier tipo de duda ya que en su anterior etapa en tierras otomanas demostró ser una máquina anotadora y ante el Bilbao Basket ofreció varias pinceladas del juego que puede brindar al Baskonia.

Tadas, más entonado

Además, la competencia a la que se enfrenta Rogkavopoulos en su demarcación no es baladí. El puesto de tres está cubierto en la actualidad por Tadas Sedekerskis, quien está protagonizando un sólido arranque de temporada. El lituano, entonado físicamente y conocedor del estilo de juego que propone Peñarroya, es una pieza indiscutible en su posición ya que además de aportar en ataque, es un jugador de gran relevancia cuando toca defender y elevar la dureza física.

El Baskonia, cuyo objetivo no es otro que alcanzar las eliminatorias en Europa y llegar a lo más alto en el campeonato doméstico, necesita contar con una versión solvente por parte de Rogkavopoulos. Durante su etapa en Turquía y con la selección griega demostró ser un anotador con un amplio abanico de recursos tanto en el tiro exterior como en el poste bajo. Virtudes que, de momento, están difuminadas o no han aparecido en el Buesa Arena.

Su actuación más ilusionante con la elástica azulgrana se dio en el contundente triunfo ante el Bilbao Basket con 13 puntos y un notable acierto desde la línea de 6,75 metros. La línea a seguir para el alero heleno es la de su partido ante el conjunto vizcaíno, donde se le vio especialmente participativo y sin ningún tipo de ataduras. 

Pese al tímido arranque de temporada protagonizado por Rogkavopoulos, la confianza se mantiene intacta sobre su figura. El joven alero heleno, de 22 años, firmó con el Baskonia para las próximas tres temporadas en una inequívoca señal de la apuesta de la entidad de Zurbano. Además, su fichaje estaba cerrado meses antes de que finalizara el pasado ejercicio.