Después de más de tres semanas de incertidumbre sobre el banquillo azulgrana tras la eliminación en cuartos de final de la ACB contra el Joventut, el Baskonia y Joan Peñarroya han decidido finalmente renovar su vinculación hasta el verano de 2024, según ha anunciado el club esta tarde mediante un comunicado oficial.

De esta manera, se pone fin a un largo tira y afloja y el conjunto gasteiztarra podrá al fin centrarse plenamente junto al técnico de Terrassa en la confección de la plantilla para la campaña 2023-24.

Cabe recordar que el preparador catalán, que aterrizó hace un año en Vitoria-Gasteiz, contaba con una cláusula de renovación automática por dos temporadas en caso de cumplir una serie de objetivos que, al quedar eliminado en cuartos de final del play off de ACB y no alcanzar el Top 8 de la Euroliga, no consiguió completar.

Tras ello, como adelantó este periódico, el club le comunicó que no iba a ejercer la opción de prolongar su vinculación, aunque no cerró la puerta a la posibilidad de firmar un nuevo contrato con unas condiciones diferentes a las que habría tenido en caso de haber cumplido los objetivos.

Desde ese momento, ambas partes se dieron un tiempo para reflexionar y plantear distintas alternativas para su futuro, siendo Peñarroya libre para conversar con otros clubes y el Baskonia también para buscar otros candidatos para el banquillo.

Aunque se rumorearon nombres de posibles sustitutos como Ioannis Sfairopoulos y en última instancia el italiano Luca Banchi, finalmente han terminado llegando a un acuerdo, presumiblemente a la baja, para apostar un curso más por la misma fórmula, algo a lo que seguramente ha ayudado la escasez de banquillos sin dueño en la Euroliga y la ausencia de entrenadores libres mejor preparados que Peñarroya y al alcance del presupuesto azulgrana.

Mejor juego que resultados

Aunque hace unos meses nadie se planteaba la posibilidad de que Peñarroya no siguiera una temporada más ligado al Baskonia, los malos resultados del equipo en los momentos clave de la campaña han provocado que su figura terminara siendo cuestionada.

El equipo completó una gran Euroliga, pero tras mantenerse durante 33 jornadas en puestos de play off, se quedó fuera del Top 8 al caer derrotado en cancha del Olympiacos en el partido decisivo. En la Copa del Rey, pese a las expectativas generadas, fue eliminado en cuartos de final por el Joventut, que ejerció también de verdugo en la primera serie eliminatoria de la ACB al imponerse por un contundente 2-0.

Dejando esos partidos de lado, la campaña fue una de las mejores de los últimos años. Se igualó el récord de victorias en liga regular de la ACB con un balance de 28-6, se terminó la Euroliga con un balance positivo de 18-16 y se consiguió reenganchar al Buesa Arena con un juego muy ofensivo y vistoso con el que se consiguió de forma habitual alcanzar superar los 100 puntos en anotación.

Además, se consiguieron varias victorias que perdurarán en la memoria del baskonismo como los cuatro triunfos contra el Real Madrid, la victoria contra el Efes en la prórroga por 114-111, o las palizas al Maccabi (116-87) y al Valencia Basket (114-75). El catalán devolvió la confianza a los canteranos con rotaciones amplias, recuperó a Sedekerskis para la causa y sacó la mejor versión de jugadores como Thompson o Howard.

En su nueva aventura intentará, como reza el comunicado del club, "mantener el estilo que tanto ha hecho disfrutar a la afición baskonista", con la misión de mejorar su desempeño en los momentos decisivos, su gran tarea pendiente.