El Baskonia sumó su octava victoria consecutiva ante el Fuenlabrada en un duelo en el que, aunque el marcador final estuvo en línea con el gran momento de forma por el que pasa el equipo, protagonizó una primera parte desastrosa y tuvo que recurrir a los hombres importantes y en especial a un Howard magistral para poder remontar una desventaja que llegó a alcanzar los 18 puntos en el segundo cuarto.

El cuadro de Peñarroya, que partió de inicio con un quinteto poco habitual formado por Henry, Kurucs, Dani Díez, Sedekerskis y Kotsar, pasó por encima del Fuenlabrada durante el primer minuto del encuentro, en el que salió mucho más concentrado que su rival y encadenó un parcial de 6-0 con canastas fáciles en transición que hacía presagiar un partido sencillo para los gasteiztarras, pero no lo fue tanto.

Pichel paró el partido con un tiempo muerto y logró que los jugadores madrileños reaccionaran, ya que a partir de ese momento las tornas se igualaron. La tímida defensa de los azulgranas, que bajaron el nivel de intensidad respecto a los dos compromisos de la gira turca, provocó que el encuentro se convirtiera en un intercambio de golpes entre ambos conjuntos, sin que uno lograra sobresalir por encima del otro. Los contendientes se fueron alternando al frente del marcador, Howard hizo un amago de romper el encuentro con cinco puntos seguidos, pero el Fuenlabrada respondió con un parcial de 0-7 y cerró el primer cuarto por delante con el 24-25.

En el arranque del segundo, Steven Enoch ganó protagonismo en la parcela ofensiva, entendiéndose con Thompson y anotando los seis primeros puntos para su equipo, que mientras tanto hacía aguas bajo el aro propio. El Fuenlabrada se aprovechó de la incapacidad local para cerrar el rebote defensivo y encontró puntos fáciles en la pintura, y a partir del empate a 30 llegó un trágico parcial de 5-22 en el que el Baskonia no fue más que una sombra del deslumbrante equipo que derrotó al Efes y al Fenerbahce unos días atrás. A la pésima defensa azulgrana se le sumó excesivo individualismo y total falta de claridad en ataque, y al Fuenlabrada le sirvió con mantener su nivel de juego y encontrar a los hombres calientes como Senglin, Ristic y Kromah para alejarse en el marcador y generar impotencia en un irreconocible Baskonia, que incluso recurrió a Costello, que posiblemente no tenía previsto jugar, para intentar cambiar la situación. Al descanso, el electrónico señalaba un 35-52 con la única buena noticia de que sería difícil hacer las cosas peor en la segunda parte. 

La irrupción de Howard

Al regreso de vestuarios, Peñarroya dejó de lado las probaturas y apostó por un quinteto de más galones formado por Thompson, Howard, Sedekerskis, Costello y Kotsar, que endureció el encuentro y se apoyo en el talento de Howard para no solo recortar diferencias a toda velocidad, sino llegar a ponerse por delante a los poco más de seis minutos de juego del tercer cuarto.

El escolta estadounidense prendió la mecha con dos triples en la reanudación y a partir de ahí el Baskonia mostró la superioridad de recursos con la que cuenta respecto al Fuenlabrada, que se vio incapaz de frenar el vendaval de Howard y su desesperación quedó plasmada en una riña entre Ristic y Eyenga durante uno de los tiempos muertos con los que Pichel intentó sin éxito reconducir el choque. Tal fue el cambio respecto a la primera mitad que el Baskonia anotó más puntos en el tercer cuarto (39, 19 de ellos obra del escolta estadounidense) que en toda la primera parte, mientras que los madrileños se quedaron en solo 12 puntos.

Así las cosas, se llegó a los diez minutos decisivos con un marcador de 74-64 impensable al descanso y que esta vez sí ponía el partido de cara para los alaveses, más metidos en el duelo que un Fueblabrada aún preguntándose cómo se había esfumado la ventaja de 18 puntos que llegó a tener en el segundo cuarto. Howard, con otro triple más, estiró el colchón hasta el 80-66, se marchó al banquillo con una estruendosa ovación y a partir de ahí el camino quedó más que allanado para el Baskonia.

Hommes, desaparecido hasta entonces, cogió el relevo de su compatriota con tres triples y un espectacular mate, que sumados a la aportación de Enoch sirvieron para tener el duelo atado a cuatro minutos para el desenlace (94-75). Finalmente, victoria por 102-88 que acerca a los gasteiztarras a la posibilidad de ser cabezas de serie en la Copa.