El pasado domingo se llevó la ovación en Gran Canaria tras su exhibición ante el cuadro insular con 9 de 12 en triples. Esta vez puso de nuevo en pie al público del Buesa Arena. Una vez más. Rendidos ante Markus Howard. Reverencias ante un jugador distinto. Un genio. Un killer que el día que ve el aro como una piscina es imparable. El de ayer ante el Fuenlabrada fue uno de ellos. ¡¡¡ESPECTACULAR!!! Sí en mayúsculas. Y es que lo que hace este jugador es de otra dimensión. Enorme. Él solito se echó al equipo a las espaldas para guiar una remontada por la que muy pocos hubieran apostado al descanso.

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Imágenes de la victoria del Baskonia sobre el Fuenlabrada

Ese inquietante 35-52 con el que se llegó al ecuador no invitaba a ser demasiado optimistas. No solo por los 17 puntos abajo, que ya eran una losa más que suficiente, sino por las malas sensaciones que desprendía el Baskonia. Daba la sensación que la tropa de Peñarroya estaba aún de resaca tras la borrachera de gloria y triunfos épicos logrados en Estambul ante el Efes y Fenerbahce.

Sin tensión en defensa, abusando del uno contra uno, sin fluidez en ataque y con cada jugador haciendo la guerra por su cuenta, el débil cuadro madrileño estaba dando un auténtico repaso a la escuadra azulgrana. “Sin energía es imposible”, se quejaba Peñarroya a sus pupilos en un tiempo muerto haciéndoles ver que hacía falta subir la intensidad para volverse a meter en el partido.

No le faltaba razón al técnico catalán. El Fuenlabrada doblaba en rebotes al Baskonia al descanso (18-9) y había conseguido endosarle la friolera de 52 puntos en 20 minutos cuando en los siete partidos anteriores había encajado tan solo 67,4 de media. Los 78 puntos recibidos ante el Efes habían sido la máxima anotación en contra durante ese periodo de un conjunto gasteiztarra que dejó al Milán en 53, mientras que ayer los madrileños metieron casi los mismos en la mitad de tiempo.

Markus Howard trata de driblar a Ristic y Macoha. Jorge Muñoz

Un problema. Eso sí, viendo la tremenda desventaja, además de mejorar en defensa haría falta anotar y mucho para dar la vuelta al marcador. Ahí apareció Howard con una actuación en el tercer cuarto de otra planeta. Sideral. Galáctica. Tremenda... Los adjetivos se quedan cortos para definir su vendaval anotador. Él devolvió la fe con su puntería con esos 10 minutos mágicos.

Un auténtico microondas que elevó hasta el infinito la temperatura del partido y acabó abrasando a un rival que no supo cómo frenar su letal pegada. Y es que en los diez minutos de ese tercer cuarto en el que el Baskonia logró un parcial de 39-12, Howard anotó 19 puntos con 1/2 en tiros de 2, 4/6 en triples y 5/5 en libres, además de dar tres asistencias, robar un balón y recibir tres faltas para una valoración de 21 en ese tramo de partido, en el que el conjunto azulgrana consiguió dejar el partido más que encarrilado. Normal los aplausos y ver a la grada puesta en pie cuando se fue al banco. Sus 29 puntos y 31 de valoración y sobre todo su fe para levantar al equipo le hacían acreedor de todas las alabanzas.