Aunque lleve ya siete años en Vitoria y se le pueda considerar como un gasteiztarra más, siempre hay algo nuevo que se puede aprender del joven canterano azulgrana.

¿Cómo se inició en el mundo del baloncesto?

Pues principalmente por mi abuelo, que era entrenador. Mis tíos jugaban a baloncesto y mi hermano también empezó antes que yo, así que creo que no me quedaba más opción (risas).

¿Quién diría que es el mejor jugador con el que ha compartido vestuario?

Kristaps Porzingis. Este año ha sido el primero que he jugado con él en la selección y me sorprendió mucho, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Ahora entiendo por qué gana tanto dinero en la NBA.

¿Y el que más le ha costado defender?

Seguramente Larkin. Cuando entra en racha no hay nada que puedas hacer. Sabe aprovechar a la perfección el pick & roll y conseguir su espacio para anotar.

¿Por qué viste el dorsal 47 en la camiseta?

Pues empezó todo como una broma, porque con 16-17 años me preguntaron por el número para hacer la pretemporada con el primer equipo y les dije el 47 por el juego con mis iniciales (AK-47). El delegado de LEB Plata automáticamente me lo asignó en el filial y desde entonces lo llevo.

¿Qué le gusta hacer cuando no juega al baloncesto?

Principalmente ver películas y también hacer mantenimientos a mis coches. Si no me hubiera dedicado al baloncesto seguramente habría sido mecánico en algún taller, es algo con lo que disfruto.

¿Cuál es su rincón favorito de Vitoria?

Pues hay una zona que me gusta mucho cerca de Foronda donde puedes ver aterrizar los aviones. Te puedes acercar bastante a la pista y disfruto mucho viéndolo. Sin embargo, diría que mi lugar favorito es el parque de Salburua.