- Los Miami Heat pugnarán desde mañana con Los Angeles Lakers en pos del anillo de campeón de la NBA. Los de Florida derribaron la resistencia de los Boston Celtics en la madrugada del lunes (113-125) confirmando su condición de gran sorpresa de la temporada, no en vano se clasificaron para las eliminatorias por el título como quintos de la Conferencia Este. Sin embargo, los entrenados por Erik Spoelstra han ofrecido su mejor versión desde que la temporada se reanudó en la burbuja de Orlando. Con un gran líder de vestuario como Jimmy Butler, jóvenes desatados y talentosos como Bam Adebayo, Tyler Herro y Duncan Robinson y un veterano revitalizado como Goran Dragic, los Heat han hecho gala de un enorme despliegue físico, un intenso trabajo defensivo -sus zonas han sido un dolor de muelas para sus rivales- y un juego de ataque multidisciplinar que les ha permitido regresar a unas finales que no pisaban desde 2014, precisamente cuando LeBron James, ahora su próximo gran rival en las filas de los Lakers, era su referente.
Los Celtics vendieron cara su piel en el sexto partido de las finales de la Conferencia Este, pero su falta de acierto en ataque les obligó a claudicar. El veterano Andre Iguodala neutralizó su intento de demarraje en el tercer cuarto y pese a ello mandaban por 96-90 a nueve minutos del final. El duelo de desempate parecía cerca, pero ese acabó siendo el principio del fin para los de Brad Stevens. Sus tiros desde media y larga distancia comenzaron a estamparse contra el aro y entre Adebayo y Herro, un novato con pulso de veterano, le dieron la vuelta al marcador, pasando primero a un 102-104 a cinco minutos del final y posteriormente a un 102-116 que ya no tuvo vuelta atrás. Ese parcial de 6-26 en menos de siete minutos resume el potencial que atesora Miami en ambas canastas.
Adebayo acabó el partido con una línea estadística magnífica, 32 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias, perfectamente escoltado por los 22 puntos que sumó Butler y los 19 que aportó Herro desde el banquillo, muchos de ellos en los minutos de la verdad. En el bando perdedor, hasta cuatro jugadores alcanzaron la barrera de los 20 puntos (26 para Jaylen Brown, 24 para Jayson Tatum y 20 para Marcus Smart y Kemba Walker), pero su pobre 15 de 46 desde la línea de tres puntos acabó pesando pues fue el único argumento ofensivo que intentaron explotar cuando Miami rompió el marcador para sellar un billete para la final tan inesperado como merecido.