- Martirizado estos días como el resto de mortales por el temor a un posible contagio del coronavirus, vive hoy en día junto a casi toda su familia en Thiès, la tercera ciudad en población de Senegal. Tras doce temporadas repletas de vaivenes y con el cartel de nómada de la canasta colgado al cuello en los últimos tiempos, el baloncesto ya es historia para Mamadou Diop, el hermano mayor de Ilimane y antiguo canterano del TD Systems Baskonia entre los años 2009 y 2016.

El pasado domingo anunció contra todo pronóstico su retirada a una edad inusual (27 años) para centrarse, en boca suya, en "otros proyectos" que no tienen nada que ver con el deporte. Atrás queda una carrera corta pero intensa en diferentes países que siempre estará marcada de forma irremediable por el crecimiento experimentado en Vitoria.

Como azulgrana, el senegalés disputó dos temporadas al más alto nivel alcanzando en 2016 la Final Four de la Euroliga en Berlín, una de las grandes oportunidades desperdiciadas por el Baskonia para convertirse en monarca continental tras aquella canasta malograda sobre la bocina por Darius Adams en la semifinal ante el Fenerbahce. Mamadou militó a partir de entonces en equipos desconocidos de Francia, Bélgica, Italia y Alemania, pero su corazón sigue latiendo baskonismo con fuerza a miles de kilómetros. Vitoria, a la que le unen lazos evidentes, siempre será su segundo hogar después de que Juan Pedro Cazorla, la mano derecha de Alfredo Salazar en la secretaría técnica azulgrana, se fijará en él cuando militaba en el Villa de Adeje tinerfeño.

El mayor de los Diop ha compartido su tiempo con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para analizar su prematura retirada de las canchas, a su juicio una decisión meditada desde hace tiempo. "Estoy contento con mi trayectoria. Mi sueño siempre fue ser jugador profesional, pero también pensaba que debía ir preparándome para hacer otras cosas en el futuro porque era consciente de que no viviría toda mi vida de ello. Cada año tenía cosas en la cabeza y entonces creo que me ha llegado la hora, aunque sea algo pronto por mi edad", confiesa este senegalés de 204 centímetros, que disputó con la elástica vitoriana 13 encuentros de Liga ACB y 2 de Euroliga.

Entre sus planes de cara al futuro, emerge la posibilidad de ser empresario o incluso agente de jugadores. La vida le irá resituando poco a poco, aunque su pasaporte español le abrirá las puertas para seguir dando rienda suelta a su pasión de "conocer mundo y el mayor número posible de países". "Al margen del baloncesto, he tratado de formarme. No es fácil encontrar trabajo y oportunidades hoy en día, da igual si estás en Vitoria o Senegal. En África no tenemos las cosas fáciles, pero yo siempre digo que es un continente en el que invertir y ganarte la vida. Lógicamente hay mucho trabajo por hacer y no estamos tan avanzados como en otros sitios", reconoce Mamadou.

Como no podía ser de otra forma, el senegalés se marcha con palabras de agradecimiento hacia su antiguo club y una afición que desde hace días le dedica bonitas palabras a través de las redes sociales. Su ingrato trabajo e intensidad en los entrenamientos han merecido el reconocimiento de, entre otros, Fernando San Emeterio, Orlando Johnson, Ibon Navarro o Jota Cuspinera, al margen de baloncestistas vitorianos como Martín Buesa o Dani Lorenzo.

"Siempre digo que para mí el Baskonia lo es todo. Incluso me hubiese gustado trabajar en el club y seguro que tengo las puertas abiertas en un futuro", recalca Diop, puede que un jugador sin el talento, posibilidades ni la determinación de su hermano Ilimane pero también con un mérito evidente por haberse codeado con lo más granado de la canasta. "Vitoria es como mi casa. En cuanto voy, me gusta ir a ver los entrenamientos y entrar en el vestuario. Soy como uno más y tenía una magnífica relación con Toko cuando jugaba allí. No es por estar mi hermano ahora. Yo llegué antes que él. Nos acogieron desde niños a los dos, han sido como unos padres. Mi hermano lleva muchísimo tiempo y la gente le adora", se congratula el senegalés.

A miles de kilómetros de distancia, Mamadou permanece atento a todo lo que rodea a la actualidad azulgrana y el pasado 30 de junio fue uno de los que vibró desde Bélgica con la inolvidable conquista de la cuarta ACB de la historia. Prácticamente a diario hablaba con Ilimane, quien le transmitió la seguridad de que el equipo podía hacer algo grande tras el concienzudo trabajo durante el confinamiento a las órdenes de Dusko Ivanovic. "Siempre confíe desde un primer momento en ellos, me preguntaba ¿por qué no? Empezaron muy fuertes ante el Bilbao Basket y estaban muy bien preparados física y mentalmente. La temporada fue muy difícil por las lesiones, pero acabaron mejor que nadie. Me alegré mucho por Ilimane, que hizo un gran torneo, pero también por todo el club", enfatiza.

Precisamente la costosa renovación de su hermano se convirtió en los últimos meses en un culebrón. Tras el clásico tira y afloja en materia económica que presagiaba un cambio de rumbo en la carrera de Ilimane, un héroe en la sombra en Valencia gracias a su dictadura en el plano defensivo, ambas partes alcanzaron un punto de encuentro para unir sus caminos durante las tres próximas temporadas. Sin pelos en la lengua, Mamadou no tiene reparos ahora en admitir que su hermano tuvo prácticamente los dos pies lejos del Buesa Arena en un momento donde apenas se atisbaba algún avance en las negociaciones.

"Tiene sangre baskonista y lo ha demostrado siempre sobre el campo. Nadie le ha regalado jamás algo porque todos los entrenadores no han confiado de la misma manera en él. Con Dusko le he visto muy a gusto, ahora tiene mucha mas confianza y ha madurado como jugador. No puedo decir que la gente no le valorara como se merecía, pero ahora sí creo que cuenta con un mayor reconocimiento. La idea en principio era que no siguiera en Vitoria, pero después de la fase final el club ha mostrado muchísimo interés y él es muy baskonista. No conoce otro equipo y me alegro por su renovación", concluye Mamadou, un luchador ingrato e incansable que a partir de ahora verá el baloncesto como un simple aficionado más.

"Estoy contento con mi trayectoria, mi sueño siempre fue ser un jugador profesional"

"Siempre digo que para mí el Baskonia lo es todo y Vitoria siempre será como mi casa"

"Nadie le ha regalado jamás algo a Ilimane, su confianza ha crecido y maduró como jugador"

"Tras la fase final, el club mostró mucho interés en mi hermano y él es muy baskonista"

Exjugador del Baskonia ya retirado