Vitoria - A lo largo de su historia el Baskonia ha tenido que lidiar con no pocas temporadas en las que los contratiempos físicos que han afectado a sus jugadores se han convertido en molestos compañeros de viaje. Sin embargo, resulta complicado encontrar un ejercicio tan aciago como el actual. Y es que el combinado azulgrana parece estar siendo víctima desde que arrancó la competición de una incontenible maldición que, desgraciadamente, ayer se cobró una nueva víctima.
Dusko Ivanovic ya había encendido las alarmas a la conclusión del encuentro contra el Khimki cuando advirtió de que el fuerte golpe que había recibido Pierria Henry en su pómulo derecho podía tener consecuencias. Un vaticinio que, por desgracia, encontró su confirmación en las pruebas médicas a las que fue sometido y que revelaron que el estadounidense sufre "una serie de fracturas óseas en el macizo facial".
Unas pocas palabras que encierran un mensaje demoledor. Porque como consecuencia de este diagnóstico el base azulgrana se verá obligado a pasar por el quirófano y deberá permanecer alejado de las pistas un periodo de tiempo aún por determinar pero que, con toda probabilidad, muy difícilmente bajará del mes. No será hasta el próximo miércoles cuando Henry sea intervenido y será en ese momento, al comprobar el estado exacto de sus fracturas, cuando se establezca un plazo de recuperación aproximado. Un tiempo que también estará condicionado por la particularidad de esta lesión y el elevado riesgo de sufrir un nuevo golpe en un deporte de tanto contacto como el baloncesto.
Así pues, se reabre un escenario de la máxima dificultad para el Baskonia justo cuando parecía que por fin comenzaba a vislumbrar la luz al final del oscuro túnel en el que ha permanecido durante la mayor parte de la temporada. Porque lo cierto es que la lesión de Henry es el enésimo torpedo a su línea de flotación que recibe la escuadra de Zurbano. Antes de que se consumiera siquiera el primer minuto de la liga perdió a Jayson Granger para todo el curso, pocas semanas después Patricio Garino correría la misma -mala- suerte y Vildoza lleva todo el ejercicio entrando y saliendo de la enfermería como consecuencia de su maltrecho hombro.
Un panorama desolador que tiene sus peores efectos en la posición de base, que se queda ahora totalmente huérfana al estar lesionados los tres directores de juego con los que inició el Kirolbet la campaña. Así, el joven Sergi García aparece como el único uno a disposición de Dusko Ivanovic para los próximos compromisos. Un más difícil todavía para el técnico montenegrino, que tendrá que sacarse un nuevo truco de la chistera para intentar que no se tenga la reacción experimentada por el equipo en sus últimos compromisos.
El diagnóstico. Henry recibió un fuerte golpe en el pómulo derecho en el duelo ante el Khimki. Pese a que continuó jugando hasta el final, las pruebas a las que se sometió ayer revelaron que sufre "una serie de fracturas óseas en el macizo facial".
Operación. La lesión que padece el estadounidense le obliga a pasar por el quirófano. La intervención tendrá lugar el miércoles y a la conclusión de la misma se establecerá el periodo aproximado de recuperación.
Sin bases. La baja de Henry se suma a la de Jayson Granger, que no volverá a jugar en lo que resta de temporada, y Luca Vildoza, con lo que el Baskonia no puede contar con ninguno de los bases con los que arrancó el curso. Ivanovic se queda únicamente con Sergi García en esa posición para afrontar los próximos duelos.