vitoria - El rival azulgrana de esta tarde se encuentra plagado de rostros conocidos, tanto en la cancha como en el banquillo. Joan Plaza ha querido rodearse de colaboradores estrechos para su proyecto en el Zenit y, por ello, no dudó en tentar a un estudioso del baloncesto como José Ángel Samaniego que siempre había vivido a la sombra de Salva Maldonado. Como no podía ser de otra manera, ha escrutado a fondo a un Baskonia que desde la llegada de Ivanovic está introduciendo matices novedosos en su juego. Sama, con casa en Murgia desde hace 20 años, desglosa el estado del equipo ruso, un debutante en la Euroliga que recibió el pasado verano la wild card de Jordi Bertomeu, y rompe una lanza a favor del técnico montenegrino, con el que trabajó codo con codo en la exitosa temporada 2000-01, recordada por el subcampeonato continental en aquella histórica final ante el Kinder Bolonia.

¿Cargados de moral tras la victoria ante el Khimki?

-Nos ha dado tranquilidad y ha confirmado que todo el trabajo que estamos haciendo da réditos. A veces, el margen entre la victoria y la derrota es muy estrecho, y no hay tanta diferencia en cuanto a tu nivel de juego. Sí es cierto que llevamos semanas compitiendo muy bien sin conseguir siempre el resultado que nos gustaría. Hemos mejorado el rendimiento defensivo en el último mes y eso nos permitió que ante un gran ataque como el del Khimki bajáramos bastante sus guarismos de ataque. En un marcador más bajo, tuvimos opciones de ganar y con un gran tercer cuarto nos llevamos la victoria en el tramo final.

¿Qué le ha faltado al Zenit para estar más arriba en la tabla y no ocupar el puesto de colista?

-A lo mejor, nuestras cinco victorias no son pocas (risas). Una cosa son las ilusiones y otra cosa es la realidad. La competición siempre tiende a ponerte en tu sitio. No creo que nuestra realidad vaya mucho más allá de nuestros triunfos en este instante. Indudablemente el inicio se nos hizo muy cuesta arriba tras haber confeccionado un equipo de cero por culpa de que muchos de nuestros jugadores careciesen de una gran experiencia en la Euroliga y que los jugadores rusos sufrieran problemas físicos, alguno por venir tocado tocado del Mundial y otros por haber acabado lesionados la pasada temporada. Nos costó crear los mecanismos que toda plantilla nueva necesita.

¿Alguna otra razón?

-El Zenit tiene que ir al límite en cada partido. No hay partido sencillo en la Euroliga para nosotros. Cuando vas al límite, tú necesitas que haya unos automatismos entre los jugadores y para eso se necesita tiempo. Nosotros no lo hemos tenido y nos ha restado opciones de victoria en algún partido que lo competimos hasta el final. También hemos padecido muchos problemas durante la campaña a la hora de controlar el rebote defensivo y eso nos ha perjudicado. Nuestra defensa, en el primer tramo de la competición, no estuvo al nivel de la calidad de nuestros rivales. Hemos debido trabajar mucho en ello. Ahora no podemos decir que todos nuestros problemas ya han pasado, pero en las últimas cinco semanas hemos alcanzado un nivel que, combinado con el talento de que disponemos en ataque, nos está permitiendo llegar con opciones de victoria a casi todos los encuentros.

Al igual que el Baskonia, también han tenido problemas de lesiones. ¿Cuál es el estado físico del plantel?

-Hemos recuperado ya a casi todos los lesionados, aunque alguno como Zubkov todavía no ha cogido ritmo de competición. Hemos sufrido el contratiempo de Ayón, que es una lesión menor. Si no está para el partido ante el Baskonia, jugará el viernes o, como muy tarde, el próximo lunes ante el CSKA en la VTB League.

Desde fuera, se atisba que el del Zenit es un proyecto muy ambicioso que ha venido para quedarse en la Euroliga. ¿Es así?

-Cuando a Joan le dieron la oportunidad de ser el técnico hace un año, él pensó inmediatamente en mí tras la destitución en el Gran Canaria. Tampoco me lo pensé demasiado. Era una aventura, nunca había entrenado fuera de España y era una ilusión que siempre tienes. En aquel momento, era un club de Eurocup con ambición y ganas de crecer. La idea era llegar con la temporada ya empezado para tener un conocimiento de lo que era la organización y sentar las bases para este curso. La sorpresa es que en verano llegó la wild card de la Euroliga y todo ese proceso se aceleró. La idea inicial al principio del verano residía en construir un equipo muy potente para competir en Eurocup y la mayoría de los jugadores fichados estaban pensados para ello. Entonces tuvimos que cambiar el chip y pensar en la Euroliga con lo que había en ese instante. La oportunidad de la Euroliga ha acelerado los plazos y ahora estamos con la soga al cuello en el sentido de que nos falta oxígeno. El ritmo de la competición nos está llevando a que igual no estamos con la capacidad suficiente para ser regulares y luego nos penaliza para la competición doméstica.

¿Cuáles son los objetivos rusos?

-El primordial no está centrado en la Euroliga, si bien la meta es hacer el mejor papel que podamos. Pretendemos alcanzar la final de la VTB League, que es lo que nos dará la plaza segura para la próxima Euroliga. Hay dos grandes clubes como CSKA y Khimki que convertirán en algo muy difícil la consecución de este objetivo, pero los títulos se juegan a primeros de junio y será ahí el momento de plasmar todo el trabajo que estamos haciendo en la temporada.

En Vitoria bajan las aguas revueltas esta temporada...

-Desde la distancia, lo miro todo de reojo. No sigo el día a día, pero he visto que han sufrido muchos problemas de lesiones. Antes del partido en Vitoria, ellos venían tocados tras perder con el Fuenlabrada y veíamos que el tema estaba tenso, pero esa semana nos ganaron a nosotros y al CSKA. Ahí tuvieron un rebrote de jugar bien y nosotros salimos escaldados porque nos ganaron con solvencia. La salida de Perasovic no fue del agrado para nadie, pero al sustituirle Dusko, al que tengo un gran respeto, me alegré en el plano personal. Tampoco es fácil reconstruir un equipo con las bajas tan importantes que sufrieron en verano. No es fácil ir al mercado y encontrar jugadores con el nivel de Huertas, Poirier o Voigtmann.

La vuelta de Ivanovic no ha dejado a nadie diferente. Usted ha trabajado con el montenegrino. ¿Cómo le ve hoy en día?

-Si yo tuviese otra actividad profesional cuando ya llevo 25-30 años de experiencia, y me dicen que estoy pasado, me rebelaría. Se supone que después de tantos años en esto, uno tiene una sabiduría. Lo más importante en estos casos es la ilusión. Estoy convencido de que, si Dusko se embarca en este proyecto, la tiene. La situación en la que cogió el equipo era delicada y, si careciera de ilusión, no creo que tuviese necesidad de embarcarse en un reto tan complejo como es el Baskonia ahora. Con ilusión, todo lo demás es secundario. Él conoce el club y para un reto a corto plazo quiero pensar que es mejor un técnico que ya conoce la casa y ese Carácter Baskonia. ¿Quién mejor que él para recuperar al equipo en el menor tiempo posible y vuelva al nivel que todos quieren? Candidatos ideales los habrá y muchos, pero decir que uno está caduco por llevar muchos años ejerciendo la profesión no lo entiendo. Hemos preparado con detenimiento el partido del miércoles. Aún no ha dispuesto de tiempo para implantar todas sus ideas, pero su baloncesto desde luego no está caduco.

Nadie mejor que usted para desvelar qué aspectos tácticos ha empezado a aplicar. ¿Se atreve?

-Ante el Fenerbahce ya introdujo tres hombres altos o colocó a Janning como base. Está buscando soluciones para darle la vuelta a la situación. Cuando tienes a Vildoza, Granger y Garino lesionados, no es fácil. Son jugadores importantes en una plantilla que tampoco va sobrada. No tiene una rotación de 15 ó 16 efectivos como otros equipos de la Euroliga que pueden hacer convocatorias y suplen sin problemas los percances que haya durante la competición. Es él quien está haciendo las pruebas con el equipo y habla con los jugadores, pero no le veo resignado ni diciendo 'esto es lo que hay'. Está tratando de optimizar al máximo los recursos de la plantilla que tiene a su disposición. Puede ser que en el corto plazo le dé resultado o a la inversa, que a medio plazo haya encontrado soluciones tácticas. Pero, desde luego, lo que ha demostrado es que intenta ser creativo. Espero que este trabajo no se traduzca en una victoria hoy, pero que a partir del viernes gane muchos partidos. A Dusko le profeso un cariño especial, siempre me ha tenido en alta estima y hemos conservado el contacto durante tiempo. Siempre le voy a desear grandes éxitos y, además en este caso, sus éxitos serán los del Baskonia.