vitoria - El técnico ayudante, nacido en Rentería, se define como un privilegiado por poder trabajar al lado de Joan Plaza en un club de Euroliga como el Zenit San Petersburgo, aunque también enfatiza que estar alejado de la familia resulta algo difícil de sobrellevar.

¿Cómo valora hasta ahora a nivel personal esta experiencia en San Petersburgo?

-Hay dos vertientes diferenciadas: la profesional y la personal. Cuando te vas de casa y no estás con tu familia, se hace muy duro si además tienes una niña pequeña como es mi caso. La verdadera sufridora es mi mujer. Ellas son las que se sacrifican porque en el fondo yo estoy haciendo lo que me gusta. Intento estar el mayor tiempo posible con ellas en cualquier momento como las Navidades, la pretemporada o como cuando jugamos la ida en Vitoria. A nivel profesional, cualquiera que tenga la posibilidad de trabajar en la Euroliga lo está haciendo en el mejor baloncesto. Está resultando una experiencia enriquecedora.

Ha dejado a Salva Maldonado para integrarse en el cuerpo técnico con Joan Plaza. ¿Un gran cambio?

-Trabajar con él está siendo algo muy positivo. Igual de fantástico que el tiempo que estuve con Salva. Es un entrenador de un gran prestigio y permanecer a su lado es extraordinario. El reencuentro con Lluís Riera, que lo estuve forzando todo lo que pude y con el que llegué a trabajar cinco años en Badalona, también es una experiencia fantástica porque en la profesión de entrenadores ayudantes es alguien top. Trabajar nuevamente con él está resultando gratificante. Integro un proyecto ambicioso y la exigencia es máxima.

También se especuló hace semanas con el despido de Plaza. ¿Cómo están las cosas ahora?

-Ha habido momentos delicados porque el balance de victorias-derrotas es muy negativo. Como cualquier compañero de profesión, no somos ajenos a lo que es este mundo y los resultados marcarán nuestro destino. Hemos salvado los match balls a duras penas con victorias en pistas complicadas porque en casa hemos competido peor que fuera. En general, acabe como acabe la historia, habrá sido una experiencia gratificante. En mi caso, después de tantos años en la Liga ACB, el haber salido a entrenar al extranjero está siendo enriquecedor. Es una experiencia que deseaba vivir y lo he podido hacer en su máxima expresión en un club que participa en la Euroliga.