Si en vez de en 2019 Nando de Colo viviera unos cuantos siglos antes, a buen seguro no tendría problemas para encontrar un trabajo que se le ajustase como anillo al dedo para su actual dedicación al baloncesto. El elegante jugador francés sería, claro está, uno de los verdugos más cotizados del momento. Porque, a tenor de la exhibición que ofreció anoche en Estambul, maneja la guillotina con una habilidad al alcance de muy pocos.

Él fue, sin ninguna duda, el responsable de la muerte deportiva de un Kirolbet Baskonia que fue capaz de contener el resto de amenazas de la escuadra otomana pero que, por más que lo intentó, no pudo encontrar la manera de evitar los mortales golpes de un desatado De Colo.

Tras arrancar el duelo en el banquillo, su entrada al parqué en el primer cuarto sirvió para despertar a un hasta entonces adormilado Fenerbahce y dejar claro que no estaba dispuesto a despegar ni un milímetro el pie del acelerador durante toda la contienda. Con su interminable repertorio ofensivo mantuvo con vida al plantel de Zeljko Obradovic hasta el descanso. Nada menos que 22 de los 39 puntos turcos en esos dos parciales salieron de sus manos.

Perasovic había movido a sus piezas buscando alguna que lograra un mínimo de eficacia en la defensa del galo pero, desgraciadamente, el resultado fue siempre el mismo. Ni Henry, ni Garino, ni Janning, ni Vildoza ni ninguno de los que les tocó bailar con la más fea pudo contener la hemorragia. El paso por los vestuarios se antojaba, por lo tanto, la ocasión ideal para refrescar las ideas y tratar de dibujar una tela de araña que consiguiese atrapar al francés.

Sin embargo, volvió a demostrarse un intento baldío. Porque en la segunda parte del encuentro el dominio de De Colo todavía se incrementó. Al margen de continuar con su caudal de puntos -logrados todos ellos además con unos excelentes porcentajes tanto en tiros de dos (12/15) como en triples (3/6)-, logró enchufar a otros integrantes del Fenerbahce al partido y se permitió también alimentar a sus compañeros con regalos en situaciones muy cómodas cuando el Baskonia trataba de cerrar toda su defensa sobre él.

Manejando el ritmo de la contienda a su antojo, contemporizó cuando la escuadra local comenzó a disfrutar de pequeñas rentas en el marcador y volvió a pisar el acelerador a fondo cada vez que el Baskonia trataba de mantener viva su insurrección recortando la desventaja.

Únicamente un pequeño lunar se puede encontrar en la estratosférica actuación de Nando de Colo anoche. El tiro libre que falló en los últimos segundos (acabó con 6/7) y que le impidió alcanzar la cifra redonda de 40 puntos anotados. Aún así, firmó una estadística para la historia superando sus récords personales en la Euroliga en puntos (39) y valoración (44). Una guillotina infalible.