vitoria - A buen seguro que a muchos de los aficionados del Baskonia que presenciaron ayer el encuentro ante el Efes turco lo sucedido les sonó, desgraciadamente, a una película ya conocida. Y es que el epílogo que puso la escuadra de Zurbano a la fase regular de la Euroliga de esta temporada 2017-18 tuvo mucho que ver con el que protagonizó el pasado ejercicio, en el estreno del nuevo formato de la competición. En ambas ocasiones, inesperados tropiezos como local le privaron de poder acceder a la ronda de cuartos de final en una mejor posición, con lo que ello implica. Es decir, tener que hacer frente en ese cruce decisivo a un adversario teóricamente más fuerte.

Con su derrota ante la escuadra otomana, el plantel de Pedro Martínez se ubicó definitivamente en la séptima posición (ayudado por el tropiezo del Khimki en Barcelona), dejando escapar la oportunidad de pelear hasta el último momento por el sexto puesto. Algo que habría logrado en caso de victoria. Es verdad que el triunfo no le garantizaba dar ese pequeño salto en la clasificación pero las opciones estaban sobre la mesa y el equipo vitoriano no pudo cumplir con la parte que le tocaba para tratar de convertirlas en realidad.

Algo muy parecido a lo ocurrido un año antes. Entonces, con Sito Alonso en el banquillo, los azulgranas también firmaron un tramo final de competición gris en el que dos sorprendentes tropiezos consecutivos en el Buesa Arena les desplazaron hasta la penúltima plaza que daba acceso a los play off.

Algo que apenas unas semanas antes, cuando la posibilidad de clasificarse entre los cuatro primeros y gozar de la ventaja de campo en el cruce estaba al alcance de su mano, se antojaba poco menos que una pesadilla. Sin embargo, primero el Panathinaikos (63-72 en la 28ª jornada) y después el Zalgiris (79-84 en la 30ª) se llevaron la victoria de Zurbano y condenaron al Baskonia a medirse al CSKA. Este curso, ha sido el Efes el encargado de amargar el epílogo a un cuadro alavés que no perdía en la Euroliga desde el 22 de febrero en Moscú.