El Deportivo Alavés sufrió la mayor goleada de la temporada en el último partido previo al parón navideño. Un contundente 3-0 en Pamplona que fue una total pesadilla antes de Navidad para la afición albiazul. Osasuna le propició un auténtico varapalo a un conjunto vitoriano que sufrió en defensa más que nunca sobre el césped de El Sadar.

La actitud que mostró el Alavés atrás durante la segunda mitad está muy lejos del nivel esperado por una zaga que, jornadas antes, llegó a ser la mejor de toda la categoría.

Se las prometía muy felices la parroquia babazorra cuando hace no mucho contaba con un registro defensivo al nivel de los mejores equipos de Europa. Todo ello, además, con un mérito extra añadido debido a los constantes contratiempos que han azotado a la zaga durante toda la temporada, como la sanción de Facundo Garcés o la lesión de Jon Pacheco.

Sin embargo, ese cerrojo que suponía un quebradero de cabeza para los rivales y que se llevó incluso los halagos de Hansi Flick, se ha abierto con facilidad durante las últimas jornadas. Concretamente son siete de los últimos ocho partidos las citas en las que el Alavés ha recibido como mínimo un gol.

Un registro defensivo que, pese a no ser de los peores de la competición, lastra completamente a un equipo como el vitoriano donde anotar cuesta un mundo. Los albiazules siempre se han caracterizado por rentabilizar en forma de puntos su eficacia de cara a puerta con las labores defensivas. 

Al no existir esta eficacia en ninguna de las dos áreas el resultado no puede ser otro distinto al que está siendo en este último mes de competición: un equipo envuelto en una mala dinámica que se desinfla poco a poco en medio de la inestabilidad.

De todas formas, por el momento la situación no es del todo alarmante y el Alavés sigue siendo el 7º equipo de la categoría que menos veces ha tenido que recoger el balón del fondo de su portería: un total de 20. Tan solo el Villarreal con 15, Real Madrid y Atlético de Madrid con 16, Espanyol con 17 y Celta y Real Betis con 19 mejoran este registro defensivo. Todos equipos de la zona alta de la clasificación.

Eso sí, la imagen más reciente dejó un muy mal sabor de boca en la afición y una preocupación que, si bien es cierto que con el periodo navideño se ha olvidado un poco, puede hacer saltar todas las alarmas si el resultado contra el Real Oviedo del próximo día 4 vuelve a ser negativo.

12 goles en 7 partidos

Los últimos meses de competición no han sido los mejores para un Deportivo Alavés que, desde la cita en Vallecas de octubre hasta la de la pasada semana en Pamplona, ha encajado un total de 12 goles en los últimos siete partidos.

Normalmente el Alavés acostumbraba a perder sus partidos por la mínima, encajando tan solo un gol en sus derrotas (1-0 en Vallecas, 0-1 ante el Celta o 1-0 en Girona). Sin embargo, la situación se empezó a agravar en los duelos ante los cocos de la categoría (3-1 frente al Barcelona y 1-2 ante el Real Madrid).

Osasuna era un rival propicio para cortar la sangría defensiva, ya que el conjunto rojillo era uno de los peores ataques de Primera con tan solo 14 goles a favor en 16 jornadas. 

Un equipo que, además, no había logrado marcar más de dos goles en ningún partido. El Alavés no pudo mejorar ante los navarros y lejos de cortar la sangría la multiplicó con la derrota más contundente sufrida en lo que va de Liga.

Un oasis en el desierto

Dentro de la irregular dinámica que vive el equipo dirigido por Coudet, el partido ante la Real Sociedad fue el oasis en el desierto que salvó al cuadro vitoriano de irse al parón invernal en una situación más delicada si cabe.

Precisamente, aquel partido fue en el que la zaga albiazul volvió a echar el candado defensivo tras cinco jornadas consecutivas de Liga encajando gol. Hasta la fecha es el único encuentro de Liga en los últimos dos meses y medio en el que el Alavés ha sido capaz de dejar su potería a cero.

La defensa conformada por Jonny, Tenaglia, Pacheco y Parada cumplió un sólido encuentro ante las acometidas donostiarras de la segunda mitad. Además, Sivera, volvió a regalar una gran actuación bajo los palos de la portería de Mendizorroza.

Ese partido, junto al de Copa del Rey ante el Sevilla en el que el Alavés también logró dejar su portería a cero, deben ser el ejemplo a seguir en este comienzo de 2026 para volver a echar el cerrojo atrás si el equipo no quiere terminar pasando apuros al final de la temporada.