Muchos ojos estaban puestos este domingo en Kike García, el incombustible delantero del Espanyol que regresaba por primera vez a Mendizorroza tras dos campañas en el Deportivo Alavés donde dejó un excelente sabor de boca siendo decisivo el pasado curso en la consecución de la salvación.

El conquense vivió una jornada repleta de emociones, ya que al llegar al recinto del Paseo de Cervantes se topó con innumerables conocidos y amigos con los que estuvo departiendo cariñosamente.

El Alavés le dedicó un elegante tuit para darle la bienvenida en el que se insertaba una imagen donde se le veía esbozando una sonrisa junto a un texto que rezaba lo siguiente: "Es, exactamente, la cara que esperábamos que pusieses al vernos. Bienvenido a casa, KIKEGOL".

Tras el doblete en la Copa del Rey, Manolo González le premió con la titularidad consciente de que era un partido emotivo que tenía subrayado en rojo en el calendario. Roberto Fernández le cedió el testigo en el once inicial del Espanyol, pero lo cierto es que el bautizado como obrero del gol no tuvo uno de sus mejores días en la punta de lanza del conjunto catalán y, para colmo de males, tuvo que retirarse lesionado de Mendizorroza superado el minuto 60.

Un encontronazo fortuito en la pelea por el balón con Tenaglia, que no le perdió de vista en ningún momento del partido y le sometió a un marcaje estrechísimo desde el pitido inicial, le dejó fuera de combate al poco de que Roberto hubiese recortado distancias en el marcador.

El conquense se lastimó la rodilla izquierda y no fue capaz de volver al césped pese a probarse durante algunos segundos. Ni siquiera podía apoyar el pie sobre el suelo y tuvo que verse acompañado por los fisios pericos de camino al banquillo visitante. 

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En imágenes: Todas las fotos del Alavés-Espanyol en Mendizorroza (2-1) Iñigo Foronda

Puesta en pie y con una deportividad que le honra, la afición albiazul recompensó entonces su profesionalidad durante las dos campañas que defendió los colores del Glorioso.

Fue una estampa que puso la piel de gallina a todos los presentes, ya que prácticamente todos los seguidores albiazules se levantaron de sus asientos mientras Kike rodeaba el campo por fuera y también agradecía el cariño con un saludo sincero.

En definitiva, un regreso de lo más amargo para un delantero conquense que ahora deberá someterse a pruebas médicas para conocer el alcance de la lesión, aunque por fortuna todo hace indicar que el percance se quedará en un golpe tras lo dicho por Manolo González al final del encuentro.