Cuando los argumentos futbolísticos escasean, la mente de todos los aficionados cuyo equipo pelea por la permanencia tiende a hacer las cuentas de la lechera. Algo que no sirve de mucho si el Deportivo Alavés, en este caso, no revierte pronto su dinámica, pero que ayuda a mantener la esperanza. Y lo acontecido hasta el momento, ciertamente, no apunta a que la salvación vaya a estar cara. No si todos los de abajo siguen pinchando.
En la jornada 25, por ejemplo, solo uno de los clubes metidos en la pelea fue capaz de sumar: el Espanyol. Y lo hizo porque no quedaba otra. Fue en el duelo directo vivido en Mendizorroza. El resto (Leganés, Las Palmas, Valencia y Real Valladolid) no fueron capaces siquiera de rascar un empate. Una combinación que, por supuesto, benefició a los pericos, que están siendo de los mejores de abajo desde que arrancó el nuevo año.
La permanencia, ahora mismo, la limitan los canarios con 23 puntos. Los mismos que los valencianos, ya en la zona de descenso; uno más que el Alavés; y ocho por encima del Pucela. Aunque todo puede pasar en el mundo del fútbol, lo cierto es que la escuadra blanquivioleta tiene ya un pie en la categoría de plata. Sus números son paupérrimos, la conexión entre la plantilla y la afición es nula y cada día se pide la marcha de la directiva.
Ligeramente por delante de Las Palmas, está el Leganés (24) cerrando el grupo de cuatro equipos que hoy pelean por no ocupar las otras dos plazas rumbo a Segunda. Y algo más de oxígeno tiene el Espanyol (27). De nuevo, esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar en las trece jornadas que restan, incluso que el Getafe (30) dé un paso atrás, pero todo lleva a pensar que serán estos seis clubes los que peleen por su supervivencia.
PROYECCIÓN DE 35 PUNTOS
A este ritmo de puntos, que a veces se acelera según se acerca el final, la salvación estaría en 35. En ese caso, el Glorioso necesitaría mínimo 13 unidades más de las que actualmente alberga en su casillero. Y eso, ahora bien, sin considerar posibles escenarios de dobles o triples empates, donde decidiría el gol average. No le vendría demasiado bien a los babazorros depender de ello, pues no han estado a la altura frente a sus iguales.
Respecto a esto último, el Alavés ha perdido el duelo particular con el Espanyol y empatado con el Leganés. Por decidir quedan los otros tres, en los que solo fue capaz de ganar en la primera vuelta a Las Palmas. Ante el Valencia hubo tablas en Mestalla y el Valladolid asaltó el estadio gasteiztarra. De 14 derrotas y una victoria es el bagaje del Pucela a domicilio. Que el único triunfo sea en Mendizorroza es para reflexionar.
Recuperando la cifra mágica de 35 puntos, que mantenerse en LaLiga tuviera ese valor supondría la permanencia más barata de las últimas diez temporadas, igualada con la 2014-15 y la 2016-17. Ese fue el número que permitió al Granada y el Leganés terminar el curso en la 17ª posición, con un triple empate con el Deportivo y el Eibar en el primero de los casos. Los armeros acabaron librándose por el descenso administrativo del Elche.
El mejor 17º de los últimos diez cursos es el cuadro pepinero, con sus 43 unidades cosechadas en el 2017-18. Acabó con 14 de ventaja sobre el antepenúltimo. En escenarios de igualdad, con solo un punto separando el alivio de la ruina, la más cara fue hace dos años: el Almería se salvó con 41 y el Valladolid bajó con 40. Mucho tendrían que cambiar las cosas esta campaña para que la batalla se decidiera en esos números tan elevados.
De poco servirá, eso sí, que la permanencia sea relativamente barata si el Alavés no consigue llegar a esas cifras. La proyección del equipo babazorro con el Chacho es de acabar con 32 o 33 puntos. Es lo que tiene haber sumado ocho en los diez partidos que ha dirigido. Y eso sin considerar que, a priori, la dificultad del calendario babazorro va a ir in crescendo según se acerque el final. Duelos directos solo quedan tres por jugarse.
La última vez que el Glorioso descendió de Primera a Segunda División, en la temporada 2021-22, lo hizo con 31 puntos. Fue colista y se quedó a ocho de su objetivo, limitado por un Cádiz que celebró su salvación en Mendizorroza en la 38ª jornada. Fue una semana antes, perdiendo en el estadio del Levante, cuando se certificó el fracaso. Tres entrenadores (Calleja, Mendilibar y Velázquez) dirigieron al equipo aquel año.