Cuando un club decide cambiar de entrenador, como hizo el Deportivo Alavés hace unas semanas, lo hace buscando una reacción. Ese cambio de rumbo va más allá de los resultados, pero es inevitable valorarlo a través de los mismos. Se quiera o no, el número de victorias es lo único que importa en el fútbol actual y buena muestra de ello es que se optara por prescindir de Luis García Plaza pese a su arraigo en Mendizorroza.
Hasta ahora, el balance del conjunto babazorro con el Chacho Coudet es de tres empates, dejando a un lado la debacle copera. Unos números poco llamativos, aunque sí aceptables si se considera cuáles han sido sus rivales.
Ganar a Osasuna en El Sadar no era tarea sencilla, al igual que tampoco lo era superar al Athletic en casa o al Valencia en Mestalla, si bien esto último no debía ser tan complicado viendo cómo se puso el duelo.
Cualquier proyecto necesita tiempo para funcionar, eso es una realidad, pero más favorable es trabajar si se obtienen triunfos por el camino. Girona, Real Betis y Celta son los tres rivales con los que el Alavés se verá las caras en enero y contra los que el técnico argentino tratará de estrenar su casillero de victorias. Algo que, en el pasado, a veces ha costado y otras no tanto a aquellos que tomaron las riendas con el curso ya iniciado.
Precedentes hay muchos, pues Luis García ha sido el único capaz de conseguir cierta estabilidad en el banquillo desde la entrada del Baskonia en el Glorioso. El último que, al igual que Coudet, llegó a Mendizorroza como recambio fue Julio Velázquez, en la recta final de la temporada 2021-22, la del descenso. Al salmantino le costó solo dos jornadas ganar -ante el Rayo- y sumó seis puntos en sus primeros cinco encuentros.
Bastante más tardó en conocer la victoria su predecesor, José Luis Mendilibar. El de Zaldibar fue el segundo de los tres entrenadores del Alavés durante ese ejercicio y no sumó de tres hasta su sexto partido al mando (Valencia). Dos puntos de 15 posibles fue, asimismo, su cómputo inicial. Pocas decepciones tan grandes se ha llevado el Paseo de Cervantes con un técnico. Venía de hacerlo genial en el Eibar y mejor le ha ido después.
Esa temporada, cabe recordar, la comenzó Javi Calleja, pero lo idóneo en este repaso es lo que hizo meses antes, cuando llegó como reemplazo. Como a Velázquez, dos fueron las citas que le costó al madrileño estrenar su casillero de triunfos (Huesca). Además, su balance de resultados fue notable desde el principio, con ocho puntos en cinco jornadas que encaminaron la permanencia y su posterior continuidad en Vitoria.
Esto último fue posible pese al pobre periplo de Abelardo Fernández. El Pitu, en su segunda etapa, no ganó hasta su cuarto choque (Valladolid) y solo cosechó cuatro puntos en sus primeros cinco duelos. Él, sin embargo, ha sido de los pocos revulsivos en debutar con victoria. Lo hizo en el curso 2017-18, con una remontada en casa del Girona que nadie ha olvidado y sumando nueve de los primeros 15 puntos. De Biasi (6/15) también se estrenó ganando no mucho antes, este ante el Levante.
El único recambio que queda por mencionar, poniendo el límite en el inicio de la anterior periodo en la élite, es Juan Ramón López Muñiz, sin olvidar al interino Javier Cabello. El gijonés, que cogió el sitio de Asier Garitano (2019-20), solo dirigió al equipo cuatro jornadas (4/12) y venció en la tercera de ellas, al Betis en el Benito Villamarín para cerrar la permanencia.
REVULSIVOS EN OTROS BANQUILLOS
Alejando la mirada del Alavés, esta temporada ha habido otras tres destituciones en LaLiga: Luis Carrión (Las Palmas), Paulo Pezzolano (Pucela) y Rubén Baraja (Valencia). El reemplazo de los che, Carlos Corberán, no ha dirigido aún, pero sí lo han hecho el resto. En los Pío-pío, Diego Martínez debutó con triunfo (Valencia) y sumó nueve de sus primeros 15 puntos –lleva ya nueve jornadas–. Y Martín Cocca se estrenó con derrota (Girona) al frente del Valladolid el pasado fin de semana.