Dice el dicho que uno recoge lo que siembra y estos días está quedando claro que ha sido mucho y bueno lo que ha sembrado Luis García a su paso por Vitoria. La sorprendente destitución del técnico madrileño tras dos magníficas temporadas al frente del Alavés con el equipo fuera de descenso y el apoyo de la grada de Mendizorroza ha dado paso a distintos actos y gestos con los que la masa social alavesista ha querido demostrar su cariño y apoyo a un entrenador que ya es historia del Deportivo Alavés.
Un centenar de aficionados se concentraban el mismo día del anuncio de sus cese en la Virgen Blanca pese a la lluvia y al día siguiente, el martes, una treintena de aficionados se acercaban hasta Mendizorroza para saludarle y mostrarle su cariño antes de la emotiva rueda de prensa de despedida en la que García Plaza no pudo contener las lágrimas ante lo que él mismo calificó como "una decisión injusta".
Este jueves, el ya extécnico albiazul acudía a comer junto a su esposa a uno de sus restaurantes favoritos de la capital alavesa, La Bodeguilla Lanciego. Al hacer la reserva, los responsables de este histórico local de Judimendi no lo dudaron: era el mejor momento para hacerle un inesparado y sentido homenaje a un profesional que ha demostrado en su paso por Vitoria un gran respeto por la cultura y la lengua vasca, como ha demostrado con sus guiños al euskera en rueda de prensa y su adiós, rebautizándose como Koldo Gartzia Enparantza.
Y qué mejor que un aurresku para rendirle homenaje. Un dantzari ha bailado el 'agurra' ante un emocionado García Plaza, que recibía después el cariño y los buenos deseos de lo clientes del bar que han tenido la suerte de disfrutar de un momento de agradecimiento y reconocimiento a un profesional que deja un recuerdo imborrable de sus paso por el Deportivo Alavés.
