Tras la disputa de las primeras nueve jornadas del campeonato doméstico, el Deportivo Alavés ya permite extraer conclusiones sobre el rendimiento de una plantilla que se renovó a conciencia tras el mercado de fichajes y que en los últimos meses ha tratado de ajustar todas las piezas del engranaje.
Una de las cuestiones más destacadas es que el conjunto dirigido por Luis García Plaza mantiene su identidad en Mendizorroza, donde ha logrado siete de los diez puntos; pero otro aspecto que salta a la vista es el paso hacia adelante protagonizado por dos pilares como Antonio Sivera, bajo los palos, y Carlos Vicente, en el extremo derecho.
Y eso que el técnico madrileño ha experimentado con diversas combinaciones tácticas, sobre todo en zonas clave como la delantera, la defensa central y el centro del campo. Sin embargo, es en las bandas donde se observa la mayor disparidad de situaciones. Mientras que Carlos Vicente ha logrado consolidarse como una pieza fundamental en el extremo derecho, el carril izquierdo constituye una incógnita en prácticamente cada partido.
Hasta el momento, Luis García ha probado a jugadores como Conechny, Carlos Martín, Abde y circunstancialmente a Stoichkov en el costado izquierdo, sin que ninguno haya conseguido asentarse de manera definitiva. Esto contrasta con la estabilidad que ofrece Vicente en la otra banda, donde ha sido indiscutible, consolidándose así como el jugador de campo albiazul con más minutos disputados en las primeras nueve jornadas.
La polivalencia de Stoichkov también ha sido un recurso valioso para García Plaza, especialmente para ocupar la vacante del renqueante Guridi en las últimas semanas.El gaditano ha ocupado en mayor medida la zona del mediapunta, con la tarea de crear peligro filtrando pases entre líneas y llegando desde segunda línea en ataque, pero es evidente que el de Azpeitia, de estar sano, es inamovible en el once.
Mientras tanto, en el flanco izquierdo, Abde ha sido el hombre elegido ante defensas adelantadas. Esta fue, precisamente, la sorprendente apuesta de Luis García para la visita del Barcelona a Mendizorroza, si bien explicó que su titularidad obedeció a la velocidad que atesora el canterano para hacer daño a la espalda de la zaga rival. Conechny, titular en las primeras jornadas, y Carlos Martín, en el once frente al Las Palmas y Getafe, son las otras opciones que atesora el técnico madrileño para el sector izquierdo.
Ahora bien, el protagonismo de Carlos Vicente es innegable. El extremo maño ha disputado 710 minutos en lo que va de campaña, siendo titular en todos los encuentros salvo en la visita al Santiago Bernabéu. Su importancia en las filas de Luis García es tan importante que en la primera jornada ante el Celta de Vigo tuvo que ocupar el lateral derecho debido a las bajas que lastraban al equipo.
Carlos Vicente es el futbolista de campo del Deportivo Alavés con más minutos disputados (710'). Ha sido titular en todos los partidos de liga salvo en la visita al Santiago Bernabéu, que coincidió con la jornada intersemanal. Le acompañan en protagonismo los defensas Abdel Abqar, con 681’, Nahuel Tenaglia, con 585’, y Manu Sánchez, con 583’.
Reparto de minutos de los extremos
Por el contrario, jugadores como Luka Romero, llamado a resarcirse en esta temporada en una nueva cesión en su carrera, no han gozado de la participación deseada. El joven atacante argentino solo ha jugado 155 minutos repartidos en cuatro partidos, siendo, tras Pica —jugador con ficha del filial—, el futbolista de campo con menos minutos disputados hasta la fecha. Y eso que Romero puede ocupar tanto el extremo derecho como el puesto de mediapunta, pero la competencia en dichas demarcaciones es feroz.
Eso sí, oportunidades no van a faltar a aquellos que, como Luka Romero, han asumido un rol secundario en estos primeros dos meses de competición. Se avecina un tramo de calendario cargado que exigirá rotaciones en todas las posiciones, incluidas las bandas. Con cuatro partidos en apenas 15 días —tres de liga y uno de Copa—, Luis García deberá dosificar esfuerzos. Algo que, por otro lado, es una seña de identidad del técnico madrileño ya que no le tiembla el pulso para brindar minutos a los menos habituales.