El estreno en casa del Alavés B se resolvió con idéntico resultado a la apertura liguera la pasada semana en Teruel. El filial albiazul empató a un gol ante la UD Logroñés, que pasó por Ibaia demostrando ser un equipo con oficio y con serias aspiraciones de estar en la parte alta de la tabla. Aun así, el Miniglorias jugó un buen partido y mandó en el marcador durante 18 minutos, los que separaron el golazo de Lander Pinillos del empate riojano en una acción a balón parado.

Empezaron muy bien los jóvenes babazorros, que salieron al terreno de juego de Ibaia con ganas de gustar a su afición. Fueron los primeros en tomar la iniciativa del juego, si bien las buenas intenciones en el arranque no fueron acompañadas de ocasiones de gol. Pasados unos minutos igualó el Logroñés la partida en el centro del campo y el duelo se convirtió en un pulso con gran dosis de despliegue físico por parte de ambos equipos.

La insistencia del Alavés B le llevó a forzar varios saques de esquina que se convirtieron en la mejor arma ofensiva de los de Aira, obligados a su vez a vigilar cada vez más el flanco derecho de su defensa por donde amenazaba a la mínima que podía el ataque riojano. Un disparo de Lander Pinillos que atajó el meta visitante Álex Daza, y dos intentos rojiblancos de Jon Madrazo, también replicado con seguridad por Gaizka García, y Álex Gualda, que envió fuera junto al palo al filo del descanso, fue lo más cerca que estuvo el resultado inicial de cambiar en el primer tiempo.

Gol tras el descanso

El acierto en el remate a puerta sí llegó a la vuelta de los vestuarios y no tardó mucho en hacerlo. Corría el minuto siete de la segunda mitad cuando Lander Pinillos enganchó un balón en la frontal del área y, con un disparo potente y colocado, lo ajustó a la escuadra de la portería riojana. El gol dio alas al Miniglorias, que viéndose arriba en el marcador disfrutó de su fase de mayor jerarquía en el campo. Una excelente parada de Daza y el palo en un remate de Tomás Mendes evitaron el segundo gol alavesista en los minutos posteriores al primero. Tampoco un remate picado de Morcillo tras centro de Lartitegi encontró el acierto necesario para doblar la ventaja en el marcador.

Y, como reza el tópico, cuando mejor estaba un equipo, llegó el gol del otro. En el minuto 70 los visitantes se sacudieron un poco el dominio de encima, llegaron tras largo rato sin hacerlo al área local y forzaron un córner. Lo botó Riki de Moraes, ascendido al primer equipo tras brillar la temporada pasada en el filial, y el rumano Andrei Lupu conectó el remate de cabeza que puso el balón lejos del alcance de Gaizka.

Fue un duro golpe para los de Aira, que ya no recuperaron el mando del partido sobre el césped si bien tampoco el rival les sometió. Bien al contrario, en un tramo final en el que el centro del campo fue solo el lugar de paso para ir de una a otra área, ambos equipos podrían haber decantado los tres puntos a su favor. Tuvo algunas aproximaciones prometedoras el Miniglorias, pero la acción más peligrosa fue visitante y llegó ya bien entrado el tiempo de añadido. Afortunadamente, Jay cortó a tiempo el pase de la muerte de Juan Agüero y Barrero no estuvo fino en el remate final.

La próxima jornada, nueva oportunidad para sumar la primera victoria con la visita al siempre rocoso Gernika, que tampoco ha ganado en las dos primeras fechas.