Uno de los éxitos del Deportivo Alavés en el último mercado de fichajes ha sido, sin duda, mantener el centro del campo que tantas alegrías le dio la temporada pasada. No ha resultado sencillo, pues no han sido pocos los clubes de mayor entidad que han intentado pescar en Mendizorroza; pero, superado ya el peligro –al menos hasta enero–, los babazorros pueden presumir de volver a contar con una de las mejores medulares de la competición.
La de este curso, además, es incluso más completa que la del anterior. No solo por la incorporación de Joan Jordán, quien se suma al doble pivote donde ya podían actuar Ander Guevara, Antonio Blanco y Carlos Protesoni (Benavídez), sino también debido a que por fin, después de dos años intentándolo, Luis García Plaza está pudiendo contar en esa misma posición con Jon Guridi, como pudo verse en el reciente partido frente a la UD Las Palmas.
Esto último es posible gracias a los distintos refuerzos que ha fichado el Alavés para su mediapunta. Aparte de Stoichkov, que ha sido titular ahí en dos ocasiones, también son capaces de actuar en la posición de diez tanto Carlos Martín –el más polivalente de todos– como Luka Romero y Tomás Conechny. La campaña pasada, cabe recordar, solo Ianis Hagi podía reemplazar al de Azpeitia, y su pobre desempeño tampoco lo permitió en exceso.
Lo positivo, asimismo, es que el amplio número de posibilidades está acompañado de características dispares. Cada uno de los futbolistas mencionados tienen un perfil diferente sobre el césped y esto le brinda a Luis García mayor capacidad de adaptación a los distintos escenarios que se le planteen a lo largo de la temporada. No es un reto sencillo encajar tantas piezas, pero cualquier entrenador siempre va a preferir la abundancia a la escasez.
Ahora bien, que el Alavés haya fortalecido su medular también implica que ahora hay mayor competencia en ella, y eso es una gran noticia. Tener a alguien apretando detrás cada día siempre ayuda a los titulares a sacar su mejor versión y, además, el técnico babazorro va a poder evitar la sobrecarga que hubo durante el curso pasado. Guevara fue quien más la evidenció –venía de jugar poco en la Real y fue titular, sin descanso, hasta la jornada 31–.
La mayor incógnita ahora mismo, seguramente, es el rendimiento que puede llegar a dar Joan Jordán. Nadie duda de su talento –su trayectoria en el Eibar y el Sevilla, con quien brilló en la Europa League, le avalan–, pero no es fácil volver a la acción después de un año y medio tan duro no solo en lo futbolístico, sino también en lo mental. Afortunadamente, Mendizorroza siempre ha sido un buen destino para aquellos que buscan reivindicarse.
Si Luis García logra esto último, serán pocos los clubes de LaLiga que sean capaces de toser al Alavés en el centro del campo, obviando a los transatlánticos. El mediocentro catalán, por cierto, podría tomar protagonismo en un aspecto del juego en el que el Glorioso tiene margen de mejora desde el curso anterior, como lo es el balón parado. El Paseo de Cervantes, y Fernando Pacheco en concreto, ya fueron testigos y víctimas de su buen pie hace unos años.
SIN PELIGRO A MEDIO PLAZO
Reseñable es, por otro lado, que ninguno de los integrantes de la sala de máquinas del Alavés acaba contrato el próximo año, por lo que es más probable que haya continuidad más allá de la temporada 2024-25. Protesoni y Guridi firmaron hasta 2026 y tanto Guevara como Blanco lo hicieron por un año más (2027), siendo todos ellos claras apuestas a medio-largo plazo de la propiedad –no habituada a desembolsos así en el pasado–.
De momento, ninguna ha salido mal, lo cual ya de por sí es motivo de celebración en Mendizorroza, y falta por descubrir si su techo es el actual o si todavía está por encima. El escenario para lo segundo, eso sí, ya lo tienen, pues el propio Glorioso está creciendo, en gran parte por haber encontrado la estabilidad en el banquillo que tanto había echado de menos la afición albiazul durante la anterior etapa en Primera División.