La temporada pasada no fue sencilla, al menos en cuanto a participación se refiere, para Nahuel Tenaglia. Pese a que el argentino regresaba con el Deportivo Alavés a Primera División después de haber sido indiscutible en la categoría plata, su papel acabó siendo más secundario de lo esperado, pudiendo disfrutar solo de dos breves etapas de protagonismo durante todo el curso. Algo que, eso sí, parece haber cambiado en este nuevo ejercicio.
Actualmente, el argentino suma tres partidos completos de los cuatro que ha jugado el conjunto gasteiztarra –descansó en la jornada intersemanal– y en todos ellos ha ofrecido actuaciones de gran nivel, sobre todo en los dos últimos. Si bien puede formar sin problemas en el centro (Celta), lo cierto es que se le ha visto más cómodo como lateral (Betis y Las Palmas) y, si continúa así, la vigente puede ser su campaña de confirmación en la LaLiga.
Esta mejora de papel de Tenaglia en el Alavés se debe, principalmente, a dos razones: la salida de Andoni Gorosabel rumbo al Athletic y la posibilidad que ha tenido de hacer la preparación estival al completo a las órdenes de Luis García. Profundizando en la primera de ellas, el problema no fue que el de Saladillo no diera el nivel sobre el verde, pues no fue así, sino que el de Mondragón ofreció una imagen más que notable de inicio a fin.
Aunque su fichaje dejó alguna duda de primeras, Gorosabel recuperó en el Glorioso su mejor versión, cumpliendo en defensa y aportando mucho a la parcela ofensiva, y el técnico babazorro, aun sabiendo que su destino estaba a pocos kilómetros de Vitoria-Gasteiz, le recompensó con 33 titularidades en Liga. Todas ellas, por cierto, de manera consecutiva; solo dejó de jugar en la recta final del curso, con el objetivo ya conseguido, y en la Copa.
A la marcha del guipuzcoano, como se ha avanzado, también se ha unido en favor de Tenaglia que este año ha realizado el cien por cien de la pretemporada, lo que le ha permitido ponerse en forma antes y reforzar la confianza que ya tenía Luis García en él. El verano pasado, cabe recordar, no llegó a la capital vasca hasta la penúltima semana de agosto, después de que el club albiazul y Talleres, en constante tira y afloja, cerraran su traspaso.
UN 'VITORIANO' MÁS
Tenaglia, ahora mismo, se encuentra en un escenario sin igual para dejar huella en el Alavés, pero no únicamente por su papel, ya mencionado, en el equipo o lo bien considerado que está dentro del propio club albiazul. Su familia ha encajado a las mil maravillas en Vitoria-Gasteiz y, para muchos aficionados, ese sentimiento de pertenencia que está creando es muy relevante, pues es el que le va a impulsar, junto a la grada, cuando no pueda más.
Se puede ser futbolista y rendir a gran nivel, incluso convertirse en leyenda, sin mimetizarse con el entorno, dado que este deporte es una profesión a fin de cuentas. Sin embargo, siempre se va a valorar más, al menos en hinchadas tan pasionales como la del Glorioso, a aquellos que intenten entender y vivir lo que les rodea, como ha demostrado en varias ocasiones estar haciendo Tenaglia –y eso que no lleva tanto tiempo en Mendizorroza–.
El de Saladillo recaló en el Paseo de Cervantes en enero del 2022, cedido por un año y medio procedente de Talleres, y no fue capaz de impedir el descenso de categoría. Algo que, como es lógico, no le ayudó en su adaptación al fútbol europeo. El paso por Segunda División, sin embargo, le sirvió para reivindicarse y provocar el fichaje en propiedad por el Alavés, a quien esperó hasta el último momento. Suma ya, por cierto, 85 encuentros con la zamarra albiazul.
NOVOA, SU COMPETENCIA
Quien, eso sí, va a tratar de restarle protagonismo –siempre por el bien del colectivo– a Tenaglia en la retaguardia del Glorioso es Hugo Novoa. El fichaje del carrilero gallego ha sido una de las apuestas importantes de la entidad gasteiztarra este verano y lo cierto es que cuenta con condiciones de sobra para competir el puesto con el de Saladillo. De todas formas, al ser sus perfiles tan diferentes, se complementan más que se limitan.